"Malavita" nos muestra la vida de una familia un tanto excéntrica en su enésima huida y posterior escondite de la mafia. La diferenciación con otras películas la consiguen tratando el manido tema de los gánsters, que tanto gusta a los americanos, de una manera cómica, ágil y hasta frívola.

La puesta en escena es sencilla y no se anda con rodeos. El argumento es el que es, pero creo sinceramente que está bien resuelto. Además, no se hace pesada. El final es muy de cine, muy poco creíble, pero tampoco esperas realismo en una película como ésta. Al menos yo nunca imaginé un final más trágico, o más justo, o más real...

Más que los mafiosos persiguiendo a De Niro, la familia y las conductas de sus miembros son el centro de "Malavita". Los cuatro personajes están bien construidos, y aunque los de los hijos desvarían en algunos momentos, no son insoportables como ocurre en otras ocasiones. Pfeiffer y De Niro, impecables como siempre, muestran su talento dotando sus papeles con sellos propios, la primera encarnando a una ama de casa desatada, divertida y con cierto desequilibrio y el segundo a un peligroso y cruel mafioso a la vez que un padre de familia tranquilo y hasta entrañable.

Lo mejor de la película es ese no protagonismo excesivo del que realmente es el protagonista. En cualquier otra película, Pfeiffer hubiese sido la típica mujer florero sin ningún peso en la trama y los hijos habrían pululado por ahí sin más, pero en "Malavita" son miembros activos en la historia y en las tropelías, posiblemente por tener el marido y el padre que tienen. Celebro este protagonismo compartido.

Que no, que no es la película del año, pero es entretenida.