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España España · Barcelona
Voto de Jaime Flores:
6
Intriga Nick Wells (de Niro), un ladrón profesional, proyecta un robo tan complejo que se ve obligado a buscar la ayuda de un hábil cómplice (Norton), vulnerando así la regla de oro de su trabajo: actuar siempre solo. Además, este golpe echaría por tierra los planes de Nick de abandonar el mundo del crimen para irse a vivir con su novia. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2022
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Haciendo un símil con el argumento de la película, el club de jazz es el robobo de la jojoya y el cetro es Marlon Brando. En otras palabras, "Un golpe maestro" se hizo por Marlon Brando y por él estamos aquí.

El problema es que el actor no estaba mucho por la labor de trabajar, eso no es una sorpresa, llevaba veinte años así, por lo que tuvieron que montar el pifostio del atraco y se metieron tanto en el asunto que terminaron por creer que eso era lo realmente importante. Error. Salvo la parte final, que se hace verdaderamente vibrante, el resto es un camino bastante abrupto, por no llamarlo aburrido, de tan clásico y académico que es. Poco nos importa cómo robar un puñetero cetro ni si el protagonista podrá retirarse en las Bahamas, y muchísimos menos si lo hace con una señora con la que mantiene una relación que no aporta nada.

En otro orden de cosas, "Un golpe brillante" se vendió como la reunión de los tres mejores actores de sus respectivas generaciones, lo que es una ignominiosa sinécdoque en la que se toma el todo por la parte, porque Marlon Brando sí es el mejor actor de su generación, y probablemente de todas las demás, pero los otros no: De Niro será el tercero y Norton el octavo o el noveno, con suerte. En cualquier caso, una reunión que Frank Oz no supo aprovechar.

Lo divertido de la película, ya que la trama central me aburrió, es ver cómo se peleaban los tres actores por comerse el pastel, cada uno a su particular modo. Y más divertido fue comprobar cómo el resultado es paralelo a los de sus respectivos personajes: Brando no pelea, sabe que está en una posición superior y sólo se dedica a admirar su reino decadente desde su poltrona; De Niro tampoco pelea, va con el piloto puesto sabiendo que su trabajo es mediar entre el león viejo y el joven; este es un Norton que se pasa de listo y termina peleándose, o mejor dicho matándose a sí mismo.

El ganador es De Niro porque es el único que, veinte años después, sigue teniendo una carrera de éxito, aunque sea más comercial que crítica. Pero gana por demérito de los otros y lo hace de una forma relativa, ya que la película es recordada por Marlon Brando, una bestia parda que, pese a aparecer en cuatro contadas ocasiones, unos diez minutos en total, consigue crear un personaje creíble y singular, alguien que nos cae bien. Y todo eso sin demasiado esfuerzo. Caray, eso es talento.

Si se hubiesen centrado más en Brando y en sus interacciones con De Niro y Norton, haciendo una película de actores, con personajes interesantes y situaciones divertidas, y no tanto rollo con el dichoso atraco, "Un golpe maestro" podría haber sido una especie de hermana menor de "El golpe".
Jaime Flores
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