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España España · Barcelona
Voto de Jaime Flores:
9
Drama. Thriller Unos delincuentes de poca monta deciden atracar la sucursal de un banco de Brooklyn. Sin embargo, debido a su inexperiencia, el robo, que había sido planeado para ser ejecutado en apenas diez minutos, se convierte en una trampa para los atracadores y en un espectáculo para la televisión en directo. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que en otras películas de atracos es plano, mecánico y evidente, aquí es angustioso, divertido y hasta inspirador. "Tarde de perros" está viva.

El principal éxito de esta historia es presentar a los atracadores como seres dubitativos, inseguros, imperfectos, que no saben muy bien como llevar el asunto y, fundamentalmente, como buenas personas. No son fríos ni perfectos ni máquinas de matar. Las películas de este tipo suelen hacerse pesadas, ya que es difícil mantener a los personajes en un único escenario y que no acabe aburriendo, o al menos, que no sufra altibajos durante el desarrollo. Por poner unos ejemplos, "La habitación del pánico" me terminó aburriendo y "Plan oculto" es el ejemplo de los atracadores perfectos que, sí, todo muy bonito y muy bien encajado, pero nada más.

"Tarde de perros" es todo lo contrario. El humor está presente en casi todo el metraje, y de qué manera tan bien conseguida, y la tensión es constante y creciente, llegando al final con auténtico nerviosismo. El síndrome de Estocolmo traspasa la pantalla, porque empaticé con los atracadores y sufrí con Sonny. Me impliqué en la historia del mismo modo que lo hice con "Network", también de Lumet, "La edad de la inocencia", "Nebraska" o los "Padrinos". "Tarde de perros" me atrapó y me devoró por completo. Y eso es lo que marca la diferencia.

El guión es un auténtico prodigio, hay varias escenas portentosas y absolutamente disfrutables y la puesta en escena me pareció sublime, y eso que Sidney Lumet tiene poco con lo que jugar. Qué infravalorado está, por cierto, siendo uno de los mejores y más fructíferos directores de Hollywood. Por si todo esto fuera poco, que el protagonista sea abiertamente homosexual y tenga las motivaciones que tiene es encomiable, pero si encima no cae en el histrionismo en ningún momento, es que estamos ante una puñetera genialidad.

Al Pacino fagocitaría a la película si esta no fuese tan buena. Ahí está la obra maestra. Su interpretación es sublime, perfecta, inmejorable. Cuando crees que no puede sorprender, el tío va y lo hace. Sin duda se ha convertido en mi actor favorito y es, junto a Jack Nicholson, el mejor de la historia. Por contra, John Cazale no me dijo nada. Todo el mundo habla muy bien de este señor, y no digo que lo haga mal, pero tampoco destaca ni aquí ni en los "Padrinos". Tiene un rostro curioso, pero nada más. Charles Durning es el verdadero secundario de "Tarde de perros" y plasma su desesperación de forma espléndida. Todos los demás están bien, con mención especial para Penelope Allen.

Mientras escribo esta crítica y pienso y repienso para no dejarme nada y me doy cuenta que "Tarde de perros" no tiene ningún error. No hay nada que reprocharle y mucho por lo que alabarla. Desde luego, se quedará en mi memoria como una de las grandes películas de todos los tiempos.
Jaime Flores
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