Será por Eastwood o será por el género, será por los personajes o por la historia en sí, pero el caso es que "Sin perdón" me parece una película correcta y poco más, en la que no veo nada de todo aquello que se le atribuye. Bueno, reconozco la maravillosa fotografía y la genuina desmitificación del western desde no pocas vertientes*(1). En ese sentido, la película es honorable, lúcida y valiente.

La efímera aparición de Richard Harris es absolutamente genial, y lo es precisamente por ser breve. Eso lastra a la película, ya que el personaje más interesante de la función es uno meramente testimonial, aunque el sheriff se queda cerca, con su obsesión por su casa y las historietas que cuenta. Ese es el problema de "Sin perdón", que es lo secundario en lo que brilla, ya que la trama principal sigue siendo rancia y prototípica.

El protagonista es un pestiño de tío, agudizado al estar encarnado por el impasible de Clint Eastwood. El amigo, otro que tal. Morgan le va que ni pintado... Menuda lata de pareja. Gene Hackman lo hace muy bien como sheriff, pero no es el mejor Gene Hackman, ya lo siento porque amo a Gene Hackman por encima de todas las cosas. El hecho de arrebatarle el Oscar al mejor Jack Nicholson -el de "Algunos hombres buenos"- no sé ni cómo catalogarlo.

A la historia, en conjunto, tampoco le veo tanto para como destaca, francamente. No he conectado con ella más que por momentos concretos, no me ha conmovido, no me ha dicho gran cosa, y seguramente parte del problema sea mío, que lo del lejano oeste me queda, eso, lejano. Y es que "Sin perdón", pese a gozar de varios elementos lúcidos y novedosos dentro del género, me sigue pareciendo una más, de la que valoro ciertas cosas pero, en conjunto, no me parece para tanto.