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Voto de aka IDIOT:
3
8,0
30.891
Comedia. Romance
Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen). (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2008
62 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
The quiet man no es, ni mucho menos, una mala película. No adolece de una mala dirección, ni malas interpretaciones, es más, para colmo, tanto lo mencionado como el argumento de la misma es muy destacable, al menos de principio. Llena de símbolos y alusiones a los clásicos de la literatura, como todo el cine de Ford, excelentes recursos narrativos y una admirable ambientación es una película sencilla a la que su mensaje daña en exceso.
De primeras, el retorno a la infancia, la vuelta a los orígenes mientras uno se aleja de un hecho impactante como el que le ocurre a Sean Thornton (quizá planteado una vez la historia ha avanzado demasiado) causa una buena impresión en el espectador que espera que esas tramas se desarrollen con más profundidad. Incluso el pequeño Michaleen, contrapunto del personaje encarnado por John Wayne, causa su gracia debido a lo dicharachero de su carácter; por tanto, así y todo, sólo la historia de amor con Mary Kate parece chirriar en un ambiente de total calma.
Y tanto que chirría de principio, llegado un momento acaba por descarrilar por completo y llevarse con ella a la película entera. Suele pasar frecuentemente que el amor surja de la nada en las películas, que no tenga un desarrollo adecuado, así que mi sorpresa cuando tras haber intercambiado no más de 5 palabras y un par de encuentros...
De primeras, el retorno a la infancia, la vuelta a los orígenes mientras uno se aleja de un hecho impactante como el que le ocurre a Sean Thornton (quizá planteado una vez la historia ha avanzado demasiado) causa una buena impresión en el espectador que espera que esas tramas se desarrollen con más profundidad. Incluso el pequeño Michaleen, contrapunto del personaje encarnado por John Wayne, causa su gracia debido a lo dicharachero de su carácter; por tanto, así y todo, sólo la historia de amor con Mary Kate parece chirriar en un ambiente de total calma.
Y tanto que chirría de principio, llegado un momento acaba por descarrilar por completo y llevarse con ella a la película entera. Suele pasar frecuentemente que el amor surja de la nada en las películas, que no tenga un desarrollo adecuado, así que mi sorpresa cuando tras haber intercambiado no más de 5 palabras y un par de encuentros...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...la pide en matrimonio es bastante relativa, más aún cuando ella reacciona lanzándose a sus brazos, ¿quién no?, ¿no?
Algo de por sí descabellado como esto, puede pasar inadvertido si el carácter irlandés de ella se explotara hasta sus últimas consecuencias. Pero Ford decide que ésto no será así y convierte el resto de la película en un despropósito digno de las mejores tardes de cartas y billar del NSDAP. Es entonces cuando la verdadera comedia aflora en la cinta en momentos de tal baja calaña como: "Mujer de la casa, ¿dónde está mi té?" o "Señor, señor, una vara para pegarle a su encantadora esposa" o incluso los motivos por los que ésta intenta huir en el tren, momentos de una sutileza cómica devastadora. No ruborizarse mientras se escuchan ya debería ser delito, no imagino mientras se escriben o se piensa en ellos como un recurso humorístico.
Puestos a ahondar en su propia miseria, se recurre a los tópicos más acertadamente estúpidos sobre los irlandeses y la secuencia final de la pelea (con el consabido paseo de la mujer por los verdes campos ), intentando aportar dosis de humor, es de vergüenza ajena, digna del sacrificio de unos cuantos miembros del equipo de dirección.
En resumen, un panfleto vomitivo y vomitable disfrazado de buenas intenciones, uno de esos mitos que sería mejor derribar, un canto al amor destartalado, un criadero de insensatos fanáticos del clásico incontestable, uno de tantos, me temo.
Algo de por sí descabellado como esto, puede pasar inadvertido si el carácter irlandés de ella se explotara hasta sus últimas consecuencias. Pero Ford decide que ésto no será así y convierte el resto de la película en un despropósito digno de las mejores tardes de cartas y billar del NSDAP. Es entonces cuando la verdadera comedia aflora en la cinta en momentos de tal baja calaña como: "Mujer de la casa, ¿dónde está mi té?" o "Señor, señor, una vara para pegarle a su encantadora esposa" o incluso los motivos por los que ésta intenta huir en el tren, momentos de una sutileza cómica devastadora. No ruborizarse mientras se escuchan ya debería ser delito, no imagino mientras se escriben o se piensa en ellos como un recurso humorístico.
Puestos a ahondar en su propia miseria, se recurre a los tópicos más acertadamente estúpidos sobre los irlandeses y la secuencia final de la pelea (con el consabido paseo de la mujer por los verdes campos ), intentando aportar dosis de humor, es de vergüenza ajena, digna del sacrificio de unos cuantos miembros del equipo de dirección.
En resumen, un panfleto vomitivo y vomitable disfrazado de buenas intenciones, uno de esos mitos que sería mejor derribar, un canto al amor destartalado, un criadero de insensatos fanáticos del clásico incontestable, uno de tantos, me temo.