Esta película la dividiría en 2 partes; la interpretada por los perros y la interpretada por los humanos con una valoración muy diferente entre las dos, mientras que la parte de los perros me conmueve hasta las lágrimas la otra me parece un bodrio televisivo en el que nunca veo la infinita tristeza en los actores como la que yo, como espectador, llego a sentir. Quizá influya que he tenido perros y gatos y he llorado por ellos y los recuerdo como si aún estuvieran conmigo. Me podrán decir los grandes tecnicistas y cronistas habituales que el director, guionista y resto del equipo es el mismo pero, no se, será porque los adiestradores han sabido superar por el amor de quien da la vida por ti a cambio de nada (los perros) y de quien solo los utiliza como herramientas para sus propósitos (los humanos) un guion mediocre, tampoco los actores transmiten ninguna carga tétrica o dramática (aunque repito el guion es para rebelarse ante la cantidad de estupideces vertidas) , NINGÚN HUMANO EN ESTA PELICULA SE SALV A DE REALIZAR UNA MIERDA DE INTERPRETACIÓN,