Eso es Salvar al soldado Ryan. Una película en la que solo son degustables los primeros y últimos veinte minutos, (excluyendo claro está los dos patéticos cortes homenaje a los héroes caídos, ya que ambas escenas son lo más cercano que se haya estado jamás de la horterada patriótica). El resto del metraje está hueco y vacío y no contiene sustancia alguna.
Tanto la escena inicial del desembarco como la defensa del puente en la parte final del film son de lo mejor que se haya rodado nunca en el género bélico. Escenas de una realidad y crudeza que han sido referentes ineludibles en películas posteriores y que elevan a categoría de mítica una cinta cuyo contenido general es prácticamente nulo.

Cualquier espectador que lleve tiempo sin ver esta película, únicamente podrá retener en su memoria las escenas mencionadas. Porque una cinta que se desarrolla bajo una premisa narrativa tan falsa e inverosímil difícilmente se sustenta si no es a través de los fuegos de artificio.
Mención aparte tienen las numerosas y penosas interpretaciones, llenas de tópicos propagandísticos que talmente parecen formar parte del proceso de captación de voluntarios al decoroso e insigne ejército norteamericano, (solo hace falta un experto en explosivos y la cabra de la legión para convertir al batallón de héroes en una máquina de matar nazis malos malísimos).

En fin, película que merece la pena comprar en DVD para pasar un buen rato soltando adrenalina viendo brazos mutilados en Omaha Beach y ametralladoras del calibre veinte partiendo soldados por la mitad en el maravilloso decorado del pueblo derruido por los bombardeos(con diferencia la mejor escena de la película).

Para los que de verdad quieran disfrutar de una verdadera joya del cine bélico les recomiendo encarecidamente el visionado de Hermanos de Sangre. En esta si parece que el señor Spielberg fue convenientemente advertido en cuanto al verdadero mensaje que se debía transmitir al filmar una película de estas características