Que el bueno de David es un gran director no se le escapa a nadie a estas alturas de 2010. Creo que lo ha demostrado con cada proyecto que ha tenido entre manos, si bien su Alien3 a mí por lo menos no me convenció (se lo perdono sin dudarlo).

El caso es que aquí, nuevamente, hace de una historia más que manida un ejercicio muy, muy, interesante. ¿Por qué? Por varias razones: porque no aburre -el tiempo pasa volao-; por esos travellings que se marca -de las pocas veces que me fijo en algo como eso-; por los diálogos entre los no tan serios asaltantes -Jared Leto descojonante-; por las ya mencionadas tetas de la Foster -muy apetecibles-; porque Fincher consigue que la nena de turno no me dé asco e incluso me la crea en su papel; porque, porque... ... ...

Porque tú lo vales, coño. Aunque haya cosas en el guión que no me crea, te amo, David.