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Voto de José (FullPush):
9
Drama El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2011
35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué tío, joder. Qué bestia es. Qué mala hostia tiene. Qué cínico es para con todo. Qué poca fe en cualquier tipo de expresión humana. Qué de palos que suelta a diestro y siniestro sin importar quien le pille por enmedio. Y qué bueno es el cabrón, con la cámara, con los guiones, con la prosa más realista y sucia y con el verso más ennegrecido y feísta de forma intencionada, con la sugerencia y las alucinaciones, con los simbolismos y las lecturas a posteriori, con el dualismo, en fin, de sus propuestas, en que cuesta sudor y lágrimas indentificar buenos y malos, por aquello de posicionarse o empatizar con alguien. Quizá debí decir qué bueno él, con la plurisignificación y la multirreferencialidad, pero qué vocablos más largos y más sosos son estos cuando lo único que yo vine a hacer aquí fue arrodillarme a los pies de tamaño descreído y artista redomado, sin anclajes que lo aten a la tierra o a cualquier tipo de orden u organización mundana. Qué bestia eres, Buñuel, ¿de dónde saliste? ¿Del Infierno? Ah, no, que eras ateo...

En fin, que se fijen, que estén atentos al nivel enfermizo de detalles con que el director adorna una propuesta, en principio, tan poco sugestiva como ésta, lidiando como lo hace con la pobreza y la miseria, no sólo de bienes materiales sino filantrópicos (iba a mencionar seres humanos y almas y entonces he caído: quizá no vengan al caso, eh, Luis). El resultado es fascinante, absolutamente cadencioso aun a pesar de lo áspero y lo amargo del terreno, embrujador y repelente a un tiempo, desesperanzado de forma irremisible y sin embargo ilusionante (por reencontrarse con el CINE y con el arte). Y para más inri (perdón) condensadito en hora y cuarto... Es imposible pedir más. Bueno, sí, que alguna vez, genio como fuiste, escéptico e impío, nos dieras un respiro y una ristra de sonrisas. Que el sarcasmo está muy bien, y con él también me río, vaya que sí, pero luego caigo en la cuenta y digo:

Verdaderamente estábamos -estamos- bien jodidos.

Pero fíjense bien, no se me entretengan y permanezcan, pues, atentos al nivel enfermizo de detalles... piernas, huevos, gallinas, perros, vírgenes, ciegos, crucifijos y cuchillos. Por no hablar de según qué aterradores sueños y padres borrachos sin sus hijos. No cierren los ojos ni pierdan el hilo o podrían olvidarse. O podrían olvidarlos. Y entonces, qué duda cabe, sí que estaríamos perdidos. Más aún, se entiende. Y nos llamarían, a nosotros también, Los Olvidados.

PD. Por rescatar una escena, que ya es pecar de reduccionismo, sería aquella del baño de leche en las piernas de la muchachuela... alucinante.
José (FullPush)
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