Esta película es una oda a la amistad, una búsqueda incesante de esperanza, y una reiteración de que hay que luchar si quieres conseguir tu meta.
La amistad es la que une a Andy, un hombre condenado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer y el amante de ésta; con Red, un preso que lleva casi toda su vida en la cárcel, sin expectativas de salir, y a la vez es el narrador de la historia.
La esperanza es la que nos muestra Andy durante todo el metraje, esa que la mayoría de nosotros perderíamos si estuviésemos en su situación, esa que le hace arrastrase hacia la libertad a través de quinientas yardas de residuos mal olientes.
Y la lucha, esa que Andy no abandona nunca, la que está representada por un martillo de gemas y un póster de Rita Hayworth, la que hace que los dos amigos se encuentren finalmente en Zihuatanejo.

Para mi esta película es una obra maestra, pertenece a uno de los mejores años que tuvo el cine, 1994, el año de Pulp Fiction, de Forrest Gump, de El Rey León, de El Cuervo y de Leyendas de Pasión, pero junto a esta última las supera a todas.

Creo que no puedo acabar sin destacar la actuación de Tim Robbins, uno de esos actores que lo hace todo bien, que me maravilla cada vez que aparece en pantalla, que hace igual de bien de malo que de bueno, que te lo crees sin más. También destaco la voz de Morgan Freeman, la que nos acompaña durante toda la película, me encanta. Pero sobretodo destaco la sensación que me dejó al terminar, una sensación de que la amistad para siempre si existe, si es de verdad, una sensación de felicidad extrema que no conguió ninguna otra película.