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Voto de RAMON ROCEL:
8
Drama Ramón (Javier Bardem) lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, que da al mar, donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es morir dignamente. En su vida ejercen una gran influencia dos mujeres: Julia (Belén Rueda), una abogada que apoya su causa, y Rosa (Lola Dueñas), una vecina que intenta convencerlo de que vivir ... [+]
15 de diciembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*De niño recuerdo haber visto la película de un joven tetrapléjico, que vegetaba. Me impactó. Porque sumía al espectador desde su propia perspectiva. Y nos hacia sentir de cuanto necesitamos de los seres que amamos. Ante la sensación mortecina de una invalidez motriz-emocional. Muchos años después, me he encontrado con “Mar Adentro” una película similar, pero mas bella en imágenes:

Buen trabajo de Bardem-Amenábar. En llevar al cine esta polémica película basada en un hecho real en cuanto a la eutanasia.
Enmarcada en una música adecuada, la historia de Ramón Sampedro es el buceo al alma del hombre. El viaje a las profundidades del espíritu en un recorrido New Age. Remonta el vuelo desde ese cuerpo, desde ese busto, desde esa cabeza, que sirve de cárcel material al resto del espíritu, que libre puede llegar hasta la playa y contemplar la belleza del mar. Y a esa mujer que camina por la arena. Va caminando con ella. Ramón siente la brisa del mar como la acaricia el rostro.
Y al mirar hacia atrás, es el atardecer, el tiempo que pasa y se zambulle entre las olas del mar, siguiendo al cariño de la mujer a la que ve en una roca lejana. Como una sirena al ocultarse el sol, cundo se fusiona con el mar… Ramón Sampedro sabe que ese cariño se le escapa. Perece ver a un bebe en el regazo de la ninfa. La mujer ama al niño. El niño tiene la mirada roja, como de sangre, como de fuego. Un rostro cicatrizado. Ahora Ramón inicia el viaje de retorno. Se pierde en la profundidad del mar de la muerte, del suicidio maquinado. Tuvo mucho tiempo para maquinarlo. Nadie lo escucho, nadie oyó sus suplicas. Ramón se hunde mas, hasta que Ramón-Bardem es joven otra vez. Pero aquel cariño, no lo tendrá jamás. Porque Sampedro utilizó su libre albedrio y reprobó la elección. No quiso volver a la cárcel de ese cuerpo decadente que el mismo eligió habitar y como buen marino regresó al mar con el canto de las sirenas, con el canto de Amenábar. La sociedad debate, Bardem vuela como un águila sobre el acantilado. Un caso particular, unos dirán que Sampedro es un cobarde, otros que estaba en su derecho. Pero mientras escuchamos la poesía de un alma llorando desde el infierno en labios de Bardem y una sociedad española involucrada.
RAMON ROCEL
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