Una compañera de trabajo me recomendó esta película. Y es que se vio reflejada en alguno de los personajes de este filme. Ella es una persona que trata de llenar sus vacios con una y mil formas engañosas. Ella es un costal sin fondo y tierra fértil para los oportunistas que buscan retacar y retacar sus productos chatarra que solo le afectan la salud física.
Pero viendo “Réquiem por un sueño” me doy cuenta de que el principal causante de nuestros “pecados” ha sido ese miedo que habita en nosotros: miedo principalmente de perder algo que ya teníamos o de no obtener algo que exigíamos. Viviendo a base de exigencias no satisfechas, estábamos en continuo estado de perturbación y frustración.
Vemos aquí a una Jenifer Connelly surgir de la nada. Dándonos un papel esmerado. Futura estrella, tal vez. Su belleza le ayuda.
Este es un film que indigesta como producto en mal estado, porque es el excremento de una sociedad devorada por el consumismo. “Réquiem por un sueño” no es alcanzar un sueño, es vivir una pesadilla algo monótona.