Qué película extraña, híbrido que se pasea por el melodrama erótico sadomasoquista, el thriller psicológico, pero con tratamiento de terror gótico. Por desgracias todos esos elementos no logra confluir, van de uno al otro sin saber en cuál centrarse, y lo que más vende es el morbo sexual, era su enganche, se regodea mostrando a una mujer hermosa y sensual como Daliah Levi excitarse al ser azotada. La verdad que una vez que Kurt, el personaje de Christopher Lee muere no sabe muy bien para donde ir y dan vueltas sobre lo mismo durante una hora intentando revelar el misterio de quien mató a Kurt y si en realidad está muerto.
No hay mucho que destacar en esta película salvo su rareza para la época, ya que en esos años el cine de terror era mucho más lineal y concreto, acá intentan jugar con diferentes elementos del exploitation sin llegar a buen rumbo.
Lo mejor: Christopher Lee y la fotografía totalmente irrealista y psicodélica que utiliza Bava como en casi todas sus primeras películas a color. Igual es una de las más flojas de lo que llevo visto de su filmografía.