Lamentablemente parece que Marcos Berger no sabe o no quiere salir de la premisa de su primer largometraje, esto es: juntar a 2 hombres de unos 25-30 años, y ver qué hace con ellos, aunque no sé si podría llamar historia a la casi nada que sucede entre ambos durante gran parte de la película, para que al final se de lo que se intuye desde la primera vez que se ven.
Otra cosa, la pobreza casi franciscana con la que retrata a Martín, es bastante caprichosa, ya que un muchacho que hace changas en un pueblito olvidado de la provincia de Buenos Aires, bien puede pagarse un cuarto en una pensión.
Berger nuevamente nos sumerge en una relación que comienza a bases de mentiras y ocultamientos, aunque todo llevado con un simplismo que por momentos llega a ser chocante, hay planos en que los personajes no dicen nada, llega a hacerse aburrida y difícil de soportar.
Eso sumado a que supongo que por agregarle naturalidad, Berger hace que sus personajes casi hablen entre dientes, como haciéndose confesiones, y realmente cuesta oír lo que se dicen.
En cuanto a la trama sucede de forma inocua, solo después de más de una hora de metraje, y justo cuando parece que fuera a tornarse más ágil y a concretarse algo, pero el director como si hubiera cometido un pecado, enseguida recula y la vuelve más lenta de lo que había sido hasta entonces.
Con tristeza debo decir esta nueva película será amada por los fanáticos (que los tiene y son varios) del director, sus detractores, que supongo deben ser muchos también, tendrán razones de sobra para criticarlo.
Y los neutrales como yo, pues nos vamos decepcionando y cansando del estilo Berger, donde parece que del universo homosexual se va a quedar siempre planteando el comienzo de las relaciones, nunca el desarrollo o el final, nunca mostrará otro tipo de homosexuales que no sean muchachos atractivos de entre 25 y 35 años, de clase media o media baja, que deambulan como abejas queriendo llegar al polen, rozándose, y como dice el dicho rizando el rizo.
De hecho el final de Plan B y el de Hawaii es casi idéntico.
Por eso espero que con ésta película Berger cierre un ciclo y empiece otro nuevo, explorando otros aspectos de las relaciones homosexuales.