Haz click aquí para copiar la URL
Voto de juancarlosrema:
2
Drama Año 1970. En la sala de autopsias de un hospital, Sor Paulina y Nito reconocen los cadáveres de dos antiguos compañeros de la infancia: Java y Juanita. Sus recuerdos se remontan a 1940, a una Barcelona desolada en la que los niños, a falta de juguetes, se entretenían explicando cuentos "Aventis" en los que conjugaban lo que sabían con lo que imaginaban, mezclando la ficción con la realidad. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2019
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me tomo la libertad de transcribir el artículo de fallecido crítico Ángel Fernández-Santos (1989), titulado “Incomprensibles errores de Vicente Aranda en el guión de 'Si te dicen que caí'”

“... Si te dicen que caí, un filme lleno de imágenes y escenas vigorosas que tiene sin caer en el ridículo situaciones durísimas, con intérpretes excelentes y excelentemente dirigidos, muy bien montado, primorosamente ambientado y fotografiado, es decir, con muchos, y muy grandes méritos parciales dentro, se viene abajo a causa de los graves e incomprensibles errores en que su director, el catalán Vicente Aranda, incurre en cuanto único responsable de la escritura del guión...

No se entiende por qué el productor, Enrique Viciano, ha permitido a su director rodar un guión ante el que este último no ha sabido mantener la lejanía necesaria para darse cuenta de sus desaciertos. Es evidente que este guión, desequilibrado y confuso, que para ser del todo inteligible requiere la lectura previa de la novela de Juan Marsé en que se basa, debiera haber pasado por las manos de otro escritor que hubiera puesto claridad y orden en la sucesión de unos sucesos que en la pantalla se atropellan unos a otros sin que el espectador tenga tiempo de percibir qué ocurre realmente en ellos y, sobre todo -que es lo esencial en el buen, cine-, detrás de ellos.La densa y complicada historia que construye en su novela Marsé se vuelve en la pantalla no densa, sino espesa; no compleja, sino embarullada; no profunda, sino dificultosa. Aranda intenta componer -de manera suicida a nuestro juicio- un guión sólo con puntos altos, que pasa de una escena de cumbre a otra escena de cumbre sin que medien otras zonas de respiro y de descanso para la atención del espectador con unas cuantas conversaciones meramente explicativas que no explican nada y que fatigan más aún la atención ya sobrecargada y enrevesan más un relato de sí enrevesado.
Aranda... no consigue crear un verdadero punto de vista en la portentosa acción del filme. No traza en ella unas fronteras claras ni unos accesos nítidos entre los diversos tiempos conjugados en el filme [...] ni entre los diferentes escenarios.

Espacios y tiempos se perturban recíprocamente y hacen finalmente imprecisos. Los intérpretes y los técnicos, director incluido, se esfuerzan, imaginan, crean, estimulan al espectador... Pero estas verdades acumuladas no llegan a configurar una cadena o una arquitectura dramática y narrativa en la que cada parte sea, complementaria de las otras: simplemente esas verdades parciales se suman, se amontonan, y lo hacen sin suficiente orden para alcanzar una verdad total, que las engarce, aglutine y organice en forma de poema y de relato. Y ésta es precisamente la función de todo verdadero guion.
Demasiado metido dentro del relato, Aranda no podía ver con claridad, de la misma manera que a quien los árboles impiden ver el bosque, los caminos hacia la unidad de éste. Y, queriéndolo hacer denso, se le ha dispersado; queriéndolo aprisionar en exceso, se le ha ido de las manos”

—-

Por mi parte, solo decir que me parece excesiva en muchos aspectos, a veces esquizofrénica; las interpretaciones en general malas, y el sonido, pésimo, hasta el punto de que en muchos momentos convendría subtitularla al castellano, aunque con ello no se iba a solucionar para nada la confusión, el desbarajuste y el caos, bien explicados arriba, que frustran por completo la adaptación.
juancarlosrema
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow