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Voto de Bobby Lee:
9
6,6
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Bélico
En el invierno de 1942, a las afueras de la ciudad de Stalingrado, un contingente de soldados alemanes se ve sorprendido por una ofensiva enemiga. Las tropas alemanas dirigidas por el general Van Paulus entablan encarnizados combates, pero ven como poco a poco las tropas soviéticas van cercándoles. Los enfrentamientos se suceden mientras soldados y oficiales viven su propio infierno personal. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película bélica muy buena, que relata el cerco de Stalingrado desde el punto de vista alemán.
Sin embargo, no cae en el maniqueísmo de muchas películas bélicas, donde el “enemigo” es siempre estúpido y malvado. Es más bien antibélica, con muchas referencias sobre el horror y sinsentido de la guerra; aunque, posiblemente en la época en que se rodó, no carga las tintas ni sobre la represión soviética ni sobre los crímenes del ejército invasor sobre la población civil rusa y los judíos.
La ambientación y la recreación histórica es superior a la mayoría de películas que tratan sobre el mismo tema; hay, sin embargo, dos o tres temas en los que se recogen los mitos que han estado en vigor (alguno aún lo está) sobre la guerra mundial. Dado que por la época en que se rodó la película estos temas eran así vistos por muchos o la mayoría de historiadores, no podemos incluirlos entre los errores.
Uno de ellos es el mito de la “Wermacht buena”, que no participó en la represión nazi, e incluso la veía con horror; hoy sabemos que, aunque muchos de los jefes militares y soldados del Ejército alemán vieran con reticencia, incluso horror, los asesinatos nazis, la inmensa mayoría de los militares participaron en los crímenes o al menos no se opusieron a ellos. Grandes jefes militares como Mannstein firmaron decretos autorizando el exterminio de los judíos y los comisarios políticos en su zona.
Otro mito, más persistente en el tiempo, es la culpabilización de Hitler (y subsidiariamente, de Paulus) por no haber roto el cerco del VI Ejército alemán tras el ataque del 19-20 de Noviembre. Dado que Hitler y sus principales defensores habían muerto al finalizar de la guerra o fueron ejecutados poco después, fue muy fácil para los altos jefes de la Alemania nazi y su ejército echarles encima las culpas de todo, incluidos sus propios deslices.
(Dado que voy a explicar esto un poco y es un tema u más bien histórico, sigo en el Spoiler)
Sin embargo, no cae en el maniqueísmo de muchas películas bélicas, donde el “enemigo” es siempre estúpido y malvado. Es más bien antibélica, con muchas referencias sobre el horror y sinsentido de la guerra; aunque, posiblemente en la época en que se rodó, no carga las tintas ni sobre la represión soviética ni sobre los crímenes del ejército invasor sobre la población civil rusa y los judíos.
La ambientación y la recreación histórica es superior a la mayoría de películas que tratan sobre el mismo tema; hay, sin embargo, dos o tres temas en los que se recogen los mitos que han estado en vigor (alguno aún lo está) sobre la guerra mundial. Dado que por la época en que se rodó la película estos temas eran así vistos por muchos o la mayoría de historiadores, no podemos incluirlos entre los errores.
Uno de ellos es el mito de la “Wermacht buena”, que no participó en la represión nazi, e incluso la veía con horror; hoy sabemos que, aunque muchos de los jefes militares y soldados del Ejército alemán vieran con reticencia, incluso horror, los asesinatos nazis, la inmensa mayoría de los militares participaron en los crímenes o al menos no se opusieron a ellos. Grandes jefes militares como Mannstein firmaron decretos autorizando el exterminio de los judíos y los comisarios políticos en su zona.
Otro mito, más persistente en el tiempo, es la culpabilización de Hitler (y subsidiariamente, de Paulus) por no haber roto el cerco del VI Ejército alemán tras el ataque del 19-20 de Noviembre. Dado que Hitler y sus principales defensores habían muerto al finalizar de la guerra o fueron ejecutados poco después, fue muy fácil para los altos jefes de la Alemania nazi y su ejército echarles encima las culpas de todo, incluidos sus propios deslices.
(Dado que voy a explicar esto un poco y es un tema u más bien histórico, sigo en el Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y no es por defender a Hitler; aparte de la responsabilidad personal por los millones de asesinatos cometidos, en cuanto a la batalla de Stalingrado tiene la responsabilidad de no haberse enterado de la preparación de la ofensiva soviética; pero, una vez se desata ésta (19-20 Noviembre) el VI Ejército de Paulus. está sentenciado sí o sí. Sólo un error garrafal de los soviéticos hubiera permitido su salvación, y con el brillante Zhukov en la Stavka (Alto Mando del Ejército Rojo), eso no pasaba.
Efectivamente, cuando Paulus pide instrucciones al Alto Mando, se le pide información sobre sus reservas de combustible y responde que dispone de reservas para recorrer (abandonando casi todo el material pesado) unos 25 a 30 km. Obviamente, eso suponiendo que los rusos no hiciesen nada que provocase un mayor gasto de combustible por parte del VI Ejército, lo cual es mucho decir. De hecho, en los primeros días tras el cerco (23 de Noviembre) Von Seydlitz efectuó una rotura del contacto de sus tropas (60 ª D. M. y 94 D.I) con el Ejército Rojo pero sus tropas fueron perseguidas por los soviéticos y diezmadas al hallarse al descubierto. Más adelante, cuando Von Seydlitz recibió el mando de su propia zona en Stalingrado, no lo intentó nuevamente.
Por otro lado, los soviéticos no andaban, ni mucho menos, desprevenidos ante la posibilidad de un ataque del Ejército del Don, con Manstein y Hoth, para liberar a Paulus; de hecho, tenían planeada la llamada Operación Saturno con la intención de cercar el Ejército del Cáucaso de List; la Operación “Tormenta de Invierno” (que también se explica en la película) hizo que se adelantara y no pudiese desarrollarse en toda su amplitud (Operación Pequeño Saturno”) y, aunque evitó el cerco del Ejército del Cáucaso, “Tormenta de invierno" no llegó más que a unos 50 km de Stalingrado.
La película refleja eso, pero (como casi todos los historiadores) no especula con la idea de qué hubiera pasado si Hitler hubiese dado la orden de romper el cerco. Muy probablemente, los alemanes hubiesen sido atacados y destruidos por los soviéticos a descubierto en la estepa y, obligados a defenderse, ni siquiera hubieran sido capaces de cubrir más allá de 15 o 20 Km. El VI Ejército hubiese sido destruido en Diciembre y no en Febrero; incluso se puede especular con que, libres del engorro del ejército de Paulus, los rusos podrían haber empujado al Ejército del Don más allá de Rostov en la ofensiva invernal y haber cercado a su vez al Ejército del Cáucaso de List, que quizás se habría visto abocado al mismo destino que Paulus.
Una vez cometido el error de minusvalorar la capacidad de reacción rusa, las salidas para el Alto Mando germano eran pocas. De hecho, pese a lo que Manstein dijo tras la guerra, él mismo aprobó el decreto de Hitler el 24 de Noviembre de no retirada y abastecimiento por aire; y, pese a lo dicho por Von Seyditz, cuando él tuvo mando, tampoco lo intentó. Igual es que no resultaba tan fácil
Efectivamente, cuando Paulus pide instrucciones al Alto Mando, se le pide información sobre sus reservas de combustible y responde que dispone de reservas para recorrer (abandonando casi todo el material pesado) unos 25 a 30 km. Obviamente, eso suponiendo que los rusos no hiciesen nada que provocase un mayor gasto de combustible por parte del VI Ejército, lo cual es mucho decir. De hecho, en los primeros días tras el cerco (23 de Noviembre) Von Seydlitz efectuó una rotura del contacto de sus tropas (60 ª D. M. y 94 D.I) con el Ejército Rojo pero sus tropas fueron perseguidas por los soviéticos y diezmadas al hallarse al descubierto. Más adelante, cuando Von Seydlitz recibió el mando de su propia zona en Stalingrado, no lo intentó nuevamente.
Por otro lado, los soviéticos no andaban, ni mucho menos, desprevenidos ante la posibilidad de un ataque del Ejército del Don, con Manstein y Hoth, para liberar a Paulus; de hecho, tenían planeada la llamada Operación Saturno con la intención de cercar el Ejército del Cáucaso de List; la Operación “Tormenta de Invierno” (que también se explica en la película) hizo que se adelantara y no pudiese desarrollarse en toda su amplitud (Operación Pequeño Saturno”) y, aunque evitó el cerco del Ejército del Cáucaso, “Tormenta de invierno" no llegó más que a unos 50 km de Stalingrado.
La película refleja eso, pero (como casi todos los historiadores) no especula con la idea de qué hubiera pasado si Hitler hubiese dado la orden de romper el cerco. Muy probablemente, los alemanes hubiesen sido atacados y destruidos por los soviéticos a descubierto en la estepa y, obligados a defenderse, ni siquiera hubieran sido capaces de cubrir más allá de 15 o 20 Km. El VI Ejército hubiese sido destruido en Diciembre y no en Febrero; incluso se puede especular con que, libres del engorro del ejército de Paulus, los rusos podrían haber empujado al Ejército del Don más allá de Rostov en la ofensiva invernal y haber cercado a su vez al Ejército del Cáucaso de List, que quizás se habría visto abocado al mismo destino que Paulus.
Una vez cometido el error de minusvalorar la capacidad de reacción rusa, las salidas para el Alto Mando germano eran pocas. De hecho, pese a lo que Manstein dijo tras la guerra, él mismo aprobó el decreto de Hitler el 24 de Noviembre de no retirada y abastecimiento por aire; y, pese a lo dicho por Von Seyditz, cuando él tuvo mando, tampoco lo intentó. Igual es que no resultaba tan fácil