Un duelo bajo la mirada de la luna llena, la leyenda de una secuencia de voladas artificiales, asesinos orienales, samuráis, "Kenshin" tiene recuerdos de una muerte oscura en una historia demasiado animada, fotogramas pausados y sangrientos combinados con secuencias de humor infantil, el conjunto da sensación de dimensiones desproporcionadas... qué ha sido eso?

Un reparto de lecciones de moral que sí es adulta, la hoja del revés, promesas de no matar, corrupción y otros peligros de bandas, movimientos de ataque, si hay que destacar algo es sin duda la apología que se hace a la muerte, la belleza de una muerte, los errores que parten, la tortura y la culpabilidad, la venganza de los caídos y una serie de habilidades propias de seres inmortales.

Una película dinámica pero repetitiva, el duelo se plasma muchas veces, cierto que cada vez tiene un significado diferente, el encuentro de dos samuráis y malos presentimientos, el día del desfile va cogiendo ritmo, los insatisfechos y sus ideales de rebeldes, todo manchado por el dinero, asociaciones antisistema y limpiar la conciencia, ajustar cuentas, el estado es el enemigo, el cielo ya no está claro.

No son tiempos para ser puros de alma, pone en peligro el código samurái, una equivocación debe ser vengada con la muerte?... la moral plantea dudas en el espectador, libre de elegir cuál debe ser el destino de ambos, luego el retrato de las ansias de poder es simplemente incuestionable a todos los niveles, estar en el lado vencedor y ocupar cargos, creer en algo, intentar evitarlo, despierta sentimientos variados pero confusos, la vida ofrece muchas cosas buenas, el hombre busca el sufrimiento, la rebelión es profunda pero al conjuntarlo todo queda una sensación de vacío, crear un mundo nuevo de dudas.

Técnicas de lucha e ideales de avance social, lágrimas del pasado: "el cielo siempre debería ser claro, hasta lo más alto", la hoja se pone del derecho, es hora de derramar sangre inútil.