Como suele ocurrir con Scorsese su falta de síntesis en sus discursos provoca que muchas de sus películas pierdan fuerza y sobre todo, clímax. Y eso es lo que acaba sucediendo con "Casino".

Es una buena historia con unas geniales interpretaciones, pero le sobran a la narración unos 30 minutos, ya que para lo que al final cuenta, no son necesarias muchas escenas ni la larga duración de muchas de ellas. Un director de su calibre debería manejar mejor las elipsis y saber escoger las escenas necesarias para que el universo diegético sea coherente sin perder encanto, emoción y sorpresa.

Casi tres horas para contar una historia que en el fondo es bastante simple (aunque buena), hace que la misma pierda interés y el desenlace, intensidad, y todo el trabajo anterior quede en peor lugar. Y esa es, sin duda, la función principal del director: responsabilizarse del resultado final del discurso (duración y número de planos, cómo ejecutarlos y qué seleccionar para dar coherencia a la diégesis y ritmo a la narración).

Post scriptum: no entiendo cómo un productor en Estados Unidos puede permitir un "corte final" con tanto metraje, vaya forma de tirar cristales de plata...