Espídica película de acción, con montaje veloz, acción a manta, interpretaciones entusiastas, físicamente exigentes, pero un guión que no tiene nada de profundidad ni de reflexión ante lo que estamos viendo.
Todo es ruido, tiros, explosiones, aunque el personaje de Olivia Williams, excelente como casi siempre, aporte un toque de humanidad necesario para tragarnos tanta testosterona.
La película no aburre, entre otras cosas porque no hay tiempos muertos, parones en la narración. Todo va a toda leche y hasta te cansas de ver tanto movimiento.
El director es David Ayer, que viendo este film cuesta creer que sea el mismo de la buena cinta bélica "Corazones de acero",. Y es que, sí, domina la técnica, eso es indudable, pero en la película con Brad Pitt hay sustancia, humanidad, reflexión, entre tanta barbarie. Aquí no: la violencia por la violencia. Sin más.