No entiendo la malas críticas recibidas por esta película cuando es una oportunidad más que correcta para desconectar dos horas y dejarse llevar sin tener que prestar mayor atención ni exigir nada más serio. Una típica película de personas opuestas que no tienen más remedio que acabar entendiéndose para poder seguir con vida.

En este caso, esos dos personajes están interpretados por dos muy buenos actores, muy diferentes entre sí en todo lo que podemos imaginar, incluida su carrera, pro que no tienen mala química en pantalla y que se hacen con sus papeles con gran facilidad y es que estamos hablando del gran Samuel L. Jackson, un pedazo de actor que se come la pantalla en cada secuencia en la que sale, y el más que interesante Ryan Reynolds que no se queda atrás y no se deja hacer sombra por su compañero de reparto.

Junto a ellos, la bella Salma Hayek, desatada, como muy bien afirman por aquí, divertida, y correcta y una Elodie Yung algo más flojita. Como villano de la película teneos al gran Gary Oldman al que siempre es un auténtico placer ver actuar y que saca petróleo de su secundario papal. Por aquí vemos también al gran actor portugués, Joaquim de Almeida, desaprovechado por completo.
Entretenida, no hay que pedirles peras al olmo ni ser tan extremadamente exigente, porque tiene escenas de acción bastante bien rodadas y entretiene sin más.
Un saludo,
Tess