Vaya, parece que a esta película le han dado por todas parte. Que si está pésimamente interpretada, que si es típica y tópica hasta el hartazgo, que si es ridícula y no tiene sentido, que si los diálogos son de niños de párvulo. Bueno, es cierto que el tema se ha visto cien mil veces en el cine. La película trata de la reunión familiar típica de unas fiestas navideñas como dios manda con el encuentro de una serie de personajes con sus personalidades y sus rarezas. Es cierto que Diane Keaton está ya encasillada en este tipo de papeles, pero a mí la Keaton me encanta y aquí está especialmente bien, consiguiendo hacerme llorar en alguna que otra escena dramática. Junto a ella un entrañable Craig T. Nelson que si bien hace unos días era visto por mí en la interesante "The company men" como un despiadado empresario sin escrúpulos, aquí es el cabeza de familia con un corazón como un camión de grande. Los hijos de la pareja están interpretados por un más que atractivo Luke Wilson, una perfecta Rachel McAdams, una interesante Elizabeth Reaser antes de convertirse en la madre de la familia Cullen en la saga de "Crepúsculo", un, éste sí, soso e inexpresivo Dermot Mulroney y un desconocido Tyrone Giordiano. La nuera es Sarah Jessica Parker en un más que correcto papel de pija bienintencionada y el yerno es un guapísimo e interesante Bryan White. Mi adorada Claire Danes completa este polifacético reparto y todos ellos conforman una agradable tragicomedia navideña que se pasa como un suspiro y que deja un buen sabor de boca. Para darle una oportunidad acurrucadita en el sofá con buena compañía.