Interesante sorpresa la que me he llevado con esta película de la que no había oído hablar nada y que me ha descubierto muchas cosas sobre el origen de una de las heroínas de cómics más importantes de todos los tiempos como es Wonder Woman.

La directora americana Angela Robinson nos trae la historia del profesor Marston y su esposa Elizabeth. Él era profesor de filosofía y ella era una brillante científica y juntos implementaron componentes decisivos para lo que se acabaría llamando detector de mentiras que tanto se utiliza hoy día para investigar casos criminales y posibles sospechosos.

Marston y su mujer eran unos avanzados para su época, abiertamente liberales y partidarios de los derechos de la mujer, así como de las relaciones sentimentales abiertas, como lo describe en su película la directora. Ésto es, quizás, lo que más ha molestado a la familia de los Marston, concretamente a su nieta, quién rechaza esta versión tan liberal de la biografía de sus abuelo y su alumna aventajada, Olive. Y es que la directora nos cuenta que los Marston vivieron en armonía sexual con esta alumna, los tres enamorados y felices y con familia numerosa, cosa totalmente rechazada por la familia de los protagonistas.

Sea como fuere, la película es muy interesante, la ambientación de la época es estupenda, la fotografía es preciosa y las actuaciones del trío protagonista es destacable.
Ellos son el guapo y perfecto Luke Evans como Marston, un actor más que atractivo, abiertamente gay y que está francamente bien, junto a la siempre elegante y maravillosa Rebecca Hall como su mujer y al descubrimiento de la película para mí, la guapa australiana Bella Heathcote como la alumna y amante de ambos.

Bonita película con unas escenas de sexo rodadas con mucha delicadeza y que merece la pena.
"Para vosotros Wonder Woman es sólo un cómic pero ella es mi vida. Ella es mi amor".