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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
2
Romance. Fantástico. Drama George Malley (John Travolta) es un mecánico de carácter afable que está enamorado de una atractiva mujer (Kyra Sedgwick) recién llegada a la ciudad. El día de su cumpleaños, al salir de un bar, George observa una luz en el cielo e inmediatamente sufre un desvanecimiento. Al día siguiente, comprueba que su inteligencia se ha desarrollado de manera anormal y decide utilizarla para hacer el bien. Todo el mundo está intrigado por lo que ha ... [+]
24 de octubre de 2021
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La propuesta de Phenomenon es clara. Un mecánico de pocas luces, eso sí, un pedazo de pan, recibe un día unos poderes venidos del cielo. A partir de aquí encontramos un paralelismo con religiones sobre iluminados y elegidos por donde también se podía teorizar, pero lo que realmente plantea la película es que un tonto, retardado y con pinta de bendito, de pronto adquiere una inteligencia superior y va dando lecciones y asombrando con su ilimitado saber. Lo bueno es que estas demostraciones están expuestas para que el espectador vaya descubriendo sus proezas de tal modo que lo admire, que se asombre, que se asuste incluso. Llegado a este punto no cabe otra que pensar que el planteamiento es insulso y malévolo pues aparte de eso, no hay más progreso en el personaje ni nada que contar.
Uno puede aceptar mil cosas en el cine fantástico, pero no que se machaque con ejemplos de esa fantasía y que no lleve a ninguna parte.
El amigo no sabe jugar bien al ajedrez, y de repente gana al ajedrez al médico del pueblo que es un hacha jugando. Ha debido ser suerte. A ver, otra partida. No, no, gana rápidamente. No tenía ni idea pero ahora gana al mejor ¿Cómo es eso? No sabe nada de frecuencias ni de transmisiones, de repente da lecciones. Qué tío, sigue el espectador asombrado. A ver... ¿Qué más? Ahora predice temblores sísmicos. Coño, el espectador ya alucinará. Ahora cura a un niño. Al rato puede hablar con las plantas y en cualquier idioma. Incluso mueve lápices. ¿Entrará en el equipo de X Men?
Pero no sólo eso, para rizar el rizo, ayuda al regordete y feo Forest Whitaker a que la guapa asistenta que contrata como empleada de hogar se fije en él por el ridículo procedimiento de enseñarle a utilizar algunas frases en portugués.
En concreto, Phenomenon te expone una serie de ejemplos seguidos para que veas cómo el mecánico del pueblo va dando lecciones y demostrando su nueva personalidad. Yo, por ejemplo, no sé jugar al backgammon, bueno pues mañana podría estar jugando y hacer saltar la banca en Las Vegas. No tengo ni puta idea de medicina, bueno pues mañana me podían fichar en cualquier Hospital privado de EEUU y ganar fama y dinero. No tengo ni puta idea de química, bueno pues mañana podría cocinar meta con Walter White, y tan contento. Y así, hasta el infinito.
¿Y qué pasa aquí? Pues nada de nada, el mecánico no toma ningún camino y sigue con sus demostraciones del saber nuevo que ha adquirido pero sigue como siempre, un pasmarote. La película podría durar 3 horas o 4 días o meses. Hasta que uno se diera cuenta y dijera: Ya está bien. A la mierda.
El caso es que la inteligencia no le da astucia y no se aprovecha de su nueva situación, ni para bien ni para mal, que hubiera sido lo suyo que se aprovechara para el mal, lógicamente, así daría más realidad a la trama pues la maldad es lo más adecuado a la naturaleza humana, y nada, sigue con su cháchara de bendito y el guion sigue sin avanzar y los personajes siguen igual y el espectador se estanca en su posición y empieza a sentir el vuelo de una mosca y termina por seguir a la mosca.
El guion ha entrado en bucle, o mejor dicho, se ha pasado de rosca, y el avance ya no puede tirar por otro sitio a no ser que acabe declarando su estupidez congénita, pero claro, eso está prohibido, es una máxima del cine hacer cine para todos los públicos, por tanto opta por tirar por el lado sentimental y aquí ya es cuando la caga porque es lo más fácil pero al mismo tiempo, lo más falso porque una mujer no admitirá a un tío porque ahora tenga un rollo muy científico si antes pasaba de él y encima sigue siendo un muermo.
Evidentemente, las absurdas propuesta de este cambio de tontorrón a sabio, que incluyen hasta poner en peligro la seguridad nacional (increíble pero cierto), no pueden acabar más que de una forma (tal y como acaba), y es tan, tan, pero tan ridícula la película que ficharon a Rodert Duvall, uno de los tíos más serios del panorama cinematográfico junto a Bud Spencer y Buster Keaton, para crear un clima de autenticidad en toda la trama y que el público tuviera así un mínimo de respeto hacia este cochambroso trabajo. Se ve que incluso alguno aceptó la propuesta de muy buena gana. Hay una película, Charly (1968) que trata el tema en plan serio y real, pero claro, es otra historia. Ésta no vale nada.
floïd blue
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