Pues sí, de verdad, es buenísimo. Para extraño que alguien juzgue una película por unos hechos cuya exclusiva responsabilidad recae en un personaje, un personaje de ficción, evidentemente. Es alucinante.

Cierto que el uso que hace Erica de la violencia como represalia contra los violentos es contrario a la Ley, ya que no está autorizada a ello, pero hay que tener en cuenta que éste es el motivo de la trama. Además, sus actuaciones la llevan a graves quebraderos de cabeza. Se la ve a la pobrecita muy agobiada (esa mano en la cabeza no es porque se esté rascando); es una crisis profunda la que sufre.

O sea, que la venganza no la corresponde y como el personaje de Niebla, de Unamuno, Erica cobra personalidad jurídica propia y sus decisiones trascienden de la pantalla y la gente “correcta”, guardianes del Orden Constitucional, se ofenden y la condenan.

Entonces digo yo, ¿por qué un personaje como Vito Corleone, un hipócrita mafioso que se ampara en su familia para dárselas de moralista, un asesino gordo y relamido, reflejo de las peores sabandijas que existen en la sociedad, que vive del sudor de los trabajadores honrados imponiendo el terror por medio de la violencia, tiene tan alta nota en su película de Coppola? ¿Por qué no se le trata de la misma forma y se condena a la vulgaridad tamaña producción en vez de, por lo mismos, ser tan celebrada?

Pues porque la gente alucina y ya no sabe lo que ve. Yo tampoco, pero me he fijado bien en Jodie, y me ha pasado que la he visto de otra forma. La he redescubierto. Está sensacional en ese papel, incluso con un aire a muchacho para despistar que también me ha encantado. Y siento igual que ella. Me alegro que haya gente que se ofenda con su actitud y por eso, la apoyo y la apoyaré siempre. De verdad, merece la pena acompañarla para ir viendo como caen los violentos; de vez en cuando es bueno buscar cierto equilibrio. Lo malo es que se ha ido y no me ha hecho caso, tenía miedo de terminar siendo también una persona violenta.