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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
7
Western Un hombre busca desesperadamente a su mujer, que hace años fue capturada por los comanches. Una vez en el campamento indio, decide comprar también la libertad de otra mujer blanca que ha permanecido largo tiempo en cautividad. Durante el viaje de regreso, se unen a ellos tres individuos que les crearán problemas. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezando por el final y sin desvelar nada de la película, el final es algo artificial. El caso es que queda bien porque si un hombre había sido criticado, se había puesto en cuestión su hombría o su interés, se pega un buen corte de mangas a todo aquel que hace juicios de valor sin conocer ni saber.

Uno puede pensar mal o dudar de alguien pero siempre hay que dar un margen. Estación Comanche no será un film para una nota alta pero se puede dar un margen de confianza sin temor.

Si eres de los que en la llanura oyes un pájaro detrás de una retama y ya sabes que es un indio que te acecha. Si eres de los que sabes disparar con el rifle al galope y acertarle a un indio a la primera. Si eres de los que sonríes al enemigo y quieres darle una oportunidad aunque a ti no te la quieran dar. Si eres de los que tienes que matar a alguien pero no quieres que otro lo haga por ti, Estación Comanche no te desagradará porque habla de esas cosas y muchas más cosas trascendentales de la vida.

Uno siente confianza por Randolph Scott desde siempre, lleva viéndole desde chico en esas llanuras infinitas con ese ánimo tristón de ser un tipo derrotado y parece que ahí seguirá siempre por los siglos de los siglos, sin llegar a ningún sitio. Hace una buena estampa de tipo serio y solitario que sabe disparar, defenderse. No es ningún derrotado, al revés, es una buena persona que le gusta ayudar a todo aquel que se deja. Le va mucho su físico para ese personaje.

Estación Comanche no es una película que cautive pero tiene el sabor total del Western. Los personajes avanzan solitarios como si el mundo estuviera deshabitado y el encuentro con otro grupo de individuos fuera siempre peligroso. Te dice de la vida llena de penurias que ha llevado la gente, de cómo los jóvenes también mueren y que saben que morirán pronto, de cómo siguen adelante en su vida por costumbre porque no les gusta nada lo que hacen ni les gusta nada de lo que hay.

Y te enseñan al malo de la película, el señor Akins, el que arrastra a los demás al mal, el aliado de la fatalidad, el traicionero, ese tipo que siempre dice que ha llegado demasiado lejos como para rendirse y que, extrañamente, siempre es el tío que más sonríe y que más cara le planta a la vida.
floïd blue
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