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España España · madrid
Voto de iatlos:
5
Comedia. Drama. Romance Crónica crítica y amarga de la vida provinciana ovetense hacia 1885. En un fantasmagórico tren, el Oviedo Express, viajan los actores que deben representar la adaptación teatral de 'La Regenta' (Clarin). La llegada de los cómicos irá más allá del escenario y alterará la vida cotidiana de la ciudad. La mujer del alcalde caerá en brazos del actor principal, y las pasiones y delirios, más o menos encubiertos hasta entonces, aflorarán con ... [+]
8 de noviembre de 2007
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oviedo Express Gonzalo Suárez

Inspirada en “Angustia”, de S. Zweig, Oviedo Express me pareció un trabajo en más de un punto carente. Sí es una película arriesgada, singular... pero sin una sección interpretativa sólida una película no puede sino naufragar, y aquí la interpretación nace confusa ya en su concepto base, pues para dar forma al absurdo conviene adoptar un registro extravagante, no de teleserie. Y el casting se antoja desafortunado. Carmelo Gómez de chiflado amoral, no llega a dar el pego. Como Aitana S. Gijón sobreactuando para ser persuasiva, la cantidad no es la calidad. Por su parte, la actuación de la Verdú en momentos no es creíble, y su personaje no lo es nunca. Esta chica debería darse un descanso.
Alguien ha escrito que era una película que hacía que los actores interpretaran mal. En efecto, su esfuerzo cae en saco roto. Así, te encuentras pensando más bien en qué vas a prepararle a los niños para el desayuno al día siguiente: una pantalla grande en la oscuridad es cautivadora, pero si te envuelve lo que proyectan. De otro modo es como si te ataran a un potro de tortura.
Por si fuera poco, la falta de cohesión del film no descansa únicamente en la interpretación. Los diferentes ambientes no se hallan ligados entre sí: espacio de fábula narrativa/Oviedo contemporáneo; comedia absurda/drama sentimental... todos ellos no dejan de ser sino hilos sueltos. La mezcla de tonos también es esquizofrénica: se destruyen mutuamente. Pasa de un registro de absurdo, en que se parte de que nada debe ser tomado en serio, a la seriedad más convencional en la siguiente escena. Y no le sale, lógico. Las repetidas escenas en el teatro Campoamor, y las de sexo, son insustanciales estilísticamente, como algunas frases de efecto. Incluso la ciudad de Oviedo está ahí como podía haber estado otra ciudad. No le basta recibir algunos guiños de su Regenta. De hecho leo después de escribir esto que el Ayuntamiento de Oviedo ha pagado dos millones por poner en el título a la ciudad, como quizás Barcelona a W. Allen. Un director así es como un entrenador que deja al presidente imponer a los jugadores. Y en el precio ése seguro que incluye esa banda de gaiteros en medio del film, un pegote publicitario que ni le va ni le viene. Muy bonito.
Ello no obsta para que sea una película curiosa, con varios golpes conseguidos, y que encanta por momentos con juguetones y delicados encuadres móviles. Al final la salva sobre todo el guión literario de Zweig y Jorge Sanz, que sí le coge la medida al personaje.
iatlos
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