Asistimos a un sangrante drama moral, en mi opinión, en el que Dios pone a prueba al ser humano, encarnado en la figura de un humilde joven que vive en compañía de una familia tan singular como patética, un grupo de personajes vulnerables y solitarios, recluidos sobre sí mismos y varados sobre el dique seco de una existencia cotidiana tan anodina como frustrante. Una conmovedora película filmada desde esa óptica contagiosa de poesía y ternura que parece distinguir la mirada de su director. Basada en la adaptación que hizo el propio escritor Peter Hedges de su novela, describe en primera persona el estado de ánimo del joven Gilbert en el pueblo de Endora, nuestro protagonista se encuentra atrapado en un mundo rural dominado, por la mezquindad, el aburrimiento y la miseria moral.

Tomando como punto de referencia al personaje de Gilbert (Johnny Deep) y a su hermano Arnie (Leonardo DiCaprio), un retrasado mental que retiene en compromiso al primero, Lasse Hallström va dando forma a una pequeña historia de amor entre el bondadoso Gilbert y Becky una chica a la que da vida Juliette Lewis, de paso por el pueblo. Un romance entre dos figuras muy sensibles y especiales, construido de forma impresionista sobre sucesivos encuentros que van rompiendo la monotonía y las servidumbres a los que está sometido Gilbert, a cuyo cargo corre el cuidado de una familia presidida por: una madre viuda de inmenso volumen que apenas se puede mover haciendo peligrar los débiles cimientos de su casa; una solterona hermana mayor, que se dedica a cocinar y lavar para toda la familia; una hermana pequeña repelente y solamente preocupada por su maquillaje, además del mencionado Arnie.

Hallström va hilvanando mediante su brillante y sugerente puesta en escena, rica en matices, con un ambiente opresivo, a veces triste, a ratos cruel, que en sus líneas generales ofrece una castradora visión de la vida familiar. La trama está enriquecida por toda una serie de incidencias colaterales, pero decisivas para conocer en profundidad el perfil de sus personajes que detallo en spoiler para no destripar la peli. Todo ello con la luminosa fotografía del habitual operador de Bergman, Sven Nykvist que nos deleita con las llanuras doradas de los campos de Iowa en el Medio Oeste Americano. Y es que, Gilbert ama a su familia a pesar de todo, de sus miedos y sus debilidades, le gustaría abandonar la mediocridad y la vulgaridad que le rodea, su soledad y desazón, pero su responsabilidad le ata a los suyos.