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Voto de Antonio Morales:
6
Aventuras. Comedia T. S. Spivet, un niño de diez años, vive en una granja de Montana (Estados Unidos) con su madre, una mujer obsesionada por los escarabajos, su padre y su hermana, que aspira a ser Miss América. Spivet ha ido desarrollando un talento innato para la cartografía y los inventos. Un día, recibe la noticia de que el museo Smithsonian le ha concedido el prestigioso Premio Baird por la invención de la máquina del movimiento perpetuo. Lo invitan ... [+]
15 de febrero de 2016
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Pierre Jeunet es un cineasta francés autodidacta, cuya pasión por el cine empieza sin duda por lo estrictamente sensorial, por lo que se construye en primera instancia en la retina del espectador. Su talento, en mi opinión, no reside en su capacidad de mostrar un punto de vista singular sobre algún aspecto del mundo en que vivimos sino en su destreza técnica, formal y visual que le permiten crear imágenes poderosas que nada tienen que ver con la realidad. Y por ello, no es casualidad que haya hecho numerosos trabajos en el terreno de la publicidad y el videoclip al margen de sus películas (me quedo con Amelie). Jeunet posee la sorprendente capacidad del inventor aplicada al terreno audiovisual. Cineasta capaz de crear imágenes inusualmente bellas, formalmente inauditas que se unen de forma renovada con las historias que las acompañan, con los argumentos que en verdad las han empujado.

En “El extraordinario viaje…” Jeunet se adentra en el mundo de la infancia a través de un niño que posee la madurez de un adulto y el cineasta aprovecha visualmente esa inversión de atributos para diseñar un mundo estético propio para su película. Plagado de matices, colores y luces, de situaciones inverosímiles aunque imaginables y deseables, de momentos visualmente poderosos. A nivel argumental, el cineasta busca normalmente la mayor simplicidad posible. Si en “Amelie”, Jeunet se interesaba por el amor, aquí lo hace decididamente por la muerte.

Basada en la novela del norteamericano Reif Larsen, narra la vida de un niño de diez años que vive con su familia en un rancho de Montana cuyo hermano mellizo muere accidentalmente. A pesar de que éste es el verdadero tema de fondo, el director evita entrar en el dramatismo de la situación, centrándose en las extraordinarias habilidades científicas del niño y haciendo de ellas el motor amable y divertido de la película. El pequeño recibe la noticia de que ha sido galardonado por una institución de Washington, por haber inventado la primera máquina de movimiento perpetuo. Lo que le lleva a realizar un viaje a la capital, atravesando el país en tren ilegalmente sin el conocimiento familiar.

Un viaje interior iniciático pleno de obstáculos y a la vez físico de nuevas vivencias que le ayudará a liberarse de sus traumas y sentimientos de culpabilidad. El cineasta recrea ese mundo de objetos del pequeño, sus cuadernos, sus lentes, sus telescopios, y por otro lado el mundo espacial, como el prado, su casa, su habitación, el tren, otorgándole el valor superlativo que le concede el niño y convirtiéndonos a los espectadores que niños cómplices de los deseos del protagonista. Un niño superdotado que tiene la capacidad mental de un adulto sin perder por ello su inocencia emocional ni su capacidad para el juego y la imaginación. Una interesante película para todos los públicos que si la hubiera filmado algún Spielberg o Scorsese, hubiera sido ensalzada mayoritariamente, pero que ha pasado desapercibida si vemos los pocos comentarios sobre ella en esta web.
Antonio Morales
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