Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Intriga. Thriller Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dial M for Murder” arrastra la maldición de los films supuestamente teatrales, en este caso porque buena parte de la acción tiene lugar en el “living room” del apartamento de los Wendice. Desde luego nadie puede negar lo anterior, aunque también es cierto que su siguiente film, “La ventana indiscreta”, todavía resulta más radical en el uso de un único decorado, un patio de vecinos, sin salir de él en ningún momento, pese a lo cual nadie ha mencionado jamás, que yo recuerde, el adjetivo teatral para referirse al film. Es cierto, no obstante, que el peso del diálogo es muy importante en “Crimen perfecto”, mientras que en “La ventana…” es el lado visual el que cobra más protagonismo. Sea como fuere, el diálogo no es un elemento exclusivo del teatro, como tampoco lo es la concentración del espacio, reduciendo los escenarios. También el cine puede mantener una unidad de lugar férrea, sin ser, pese a todo, teatral. Pues el cineasta ya lo había hecho en “Alarma en el expreso”, “Náufragos” y “La soga”.

Pero en el universo cinematográfico de Hitchcock la palabra es siempre mera acompañante de la mirada, pues en su obra el aspecto visual, los matices, los silencios, los objetos o los decorados son los elementos que de verdad cobran importancia en el plano, mientras que lo que dicen sus personajes no es siempre fiable. Al fin y al cabo, uno de los temas centrales del cineasta británico es la mentira, así como la falsedad de las apariencias. Todo en su obra es inestable, de ahí las inagotables sugerencias y lecturas que tienen sus films y a medida que se revisan, siempre se encuentran novedades ocultas por descubrir.

En el desarrollo de “Crimen perfecto”, el aspecto teatral queda pronto desterrado por el modo que adaptó la obra teatral de Frederick Knott, en la que se basa el argumento, potenciando los elementos más sórdidos de la trama. Su idea es la de sugerir un plan diabólico, por debajo de la aparente flema de Tom Wendice (Ray Milland) al celebrar entre sonrisas cada una de las escapadas de su esposa Margot (Grace Kelly) con su amante Mark Halliday (Robert Cummings). Para ello los planos de las miradas de él con las voces de fondo de su esposa y Mark fuera de plano, el detalle de los dedos buscando llaves, los insertos del teléfono sonando o descolgado, los detalles en cómo Tom limpia las copas que sirve a su viejo compañero para sólo dejar las huellas que le interesa.

La mecánica policiaca y detectivesca unida al capricho del azar funciona con precisión, después de ver y oír diversas versiones que nos plantea la trama para acabar encajando todas las piezas en su justo lugar, aunque por el camino han quedado dudas razonables y éticas que el espectador debe descifrar. El cameo de Hitchcock lo explico en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow