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Voto de Antonio Morales:
9
Ciencia ficción. Aventuras George Taylor es un astronauta que forma parte de la tripulación de una nave espacial -en una misión de larga duración- que se estrella en un planeta desconocido en el que, a primera vista, no hay vida inteligente. Sin embargo, muy pronto se dará cuenta de que está gobernado por una raza de simios mentalmente muy desarrollados que esclavizan a unos seres humanos que carecen de la facultad de hablar. Cuando su líder, el doctor Zaius, ... [+]
30 de septiembre de 2014
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que sorprende de esta inquietante historia de ciencia ficción y aventuras es la sólida localización en escenarios naturales (parques naturales de Arizona y Utah), la zona prohibida según los simios. El pavoroso silencio inicial por cañones recortados y áridos muy conseguido, gracias a la música inquietante y misteriosamente descriptiva de Jerry Goldsmith. El guión basado en la novela de Pierre Boulle, el mismo que escribió “El puente sobre el rio Kwai”, alejado de toda lógica científica, se convierte en una alegoría contra la civilización humana por su arrogancia e irresponsabilidad. El carácter autodestructivo de la raza humana observada con angustia por el simio doctor Zaius, que oculta el secreto del pasado, temeroso de que los simios cometan el mismo error.

El nudo de la obra es el sempiterno conflicto entre progreso (conocimiento) y reacción. La habilidad del director para desarrollar un difícil juego, del que siempre sale vencedor: interesar al espectador por la historia narrada, haciéndola vivir desde dentro, y, al mismo tiempo, distanciarse de ella para que reflexione sobre las propuestas. Taylor (Charlton Heston) desconoce que ha cometido un error de cálculo al llegar a un planeta donde el ser humano no es respetado y se le considera inferior. El juicio sumarísimo simio del que Taylor es víctima por la academia científica recuerda al Galileo Galilei de Bertrold Brecht.

Como todo aficionado sabe, Taylor creía vivir en otra dimensión del tiempo pero al doblar la esquina se encuentra con la verdad epatante, esos locos lo habían hecho, el mejor y más inquietante desenlace de la historia del cine. Tras el éxito del film llegaron secuelas, “remakes” y bodrios de diverso pelaje perfectamente olvidables, realizado por directores mediocres u otros más respetables seducidos por el dinero, algo fascinante debe transmitir esta parábola político-social que coquetea con la teoría de Darwin, cuando sigue explotándose el filón inagotable de la civilización simia.
Antonio Morales
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