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Voto de Antonio Morales:
7
7,4
11.285
Aventuras
Siglo XVIII. Todo un clásico del cine de piratas que narra las correrías de un pirata y su acrobático e inseparable compañero, unos temibles corsarios que aterrorizan a las tripulaciones de los barcos que navegan por el Mar Caribe. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo la estela del éxito de “El halcón y la flecha” rodada en estudio y con un modesto presupuesto, su productor y protagonista Burt Lancaster, volvió con un film similar pero esta vez rodada en escenarios naturales y un mayor presupuesto, rodada en la isla de Ischia (Italia). Para semejante proyecto contrató al cineasta Robert Siodmak, antes habían trabajado juntos en “Forajidos” y “El abrazo de la muerte”, dos grandiosos films de cine negro, y que no se encontraba en su mejor momento profesional. Waldo Salt autor del guión, no pudo figurar en los créditos, fue defenestrado del film por ser declarado comunista y en consecuencia “blacklisted” por el execrable McCarthy. El guión tuvo que ser revisado y suavizado por Roland Kibbee.
La película abandona el planteamiento político principal de Salt, pasando a un segundo plano y centrándose exclusivamente en las tretas de un astuto pirata y su tripulación. Apoyándose en la transformación que obra el amor en un pícaro pirata, descarado y gozosamente amoral, quien después de proyectar “la compra”, venta y reventa de armamento y de “carne rebelde”, se alía con los isleños para luchar contra el poder tiránico que les oprime, enfrentándose con los vasallos de la realeza española entre los que reconoceremos a Christopher Lee, de ceño fruncido y adustas maneras de villano. Desde el comienzo del film queda claro el tono de parodia que va a imperar en esta historia situada en el siglo XVIII, y que comienza con un barco real español encontrando a otro velero lleno de cadáveres a los que la muerte ha sorprendido en las posturas más absurdas.
El film repite con los dos actores principales de “El halcón y la flecha”, Burt Lancaster y Nick Cravat que habían comenzado su carrera artística en el mundo de la acrobacia circense. Estupenda fotografía y secuencias corales muy logradas. Por supuesto, el enfoque es prioritariamente cómico. No hay que olvidar que una de las maneras más eficaces de destrozar las opiniones o los comportamientos que a uno le disgustan es precisamente burlándose de ellos, dejándoles en ridículo. Y a ello la película se entrega con fruición. Es un film que matrimonia ironía y parodia, un film lúdico y colorista, una buena muestra de una de las desviaciones más románticas del clásico cine de aventuras. Un sano divertimiento cargado de aromas añejos.
La película abandona el planteamiento político principal de Salt, pasando a un segundo plano y centrándose exclusivamente en las tretas de un astuto pirata y su tripulación. Apoyándose en la transformación que obra el amor en un pícaro pirata, descarado y gozosamente amoral, quien después de proyectar “la compra”, venta y reventa de armamento y de “carne rebelde”, se alía con los isleños para luchar contra el poder tiránico que les oprime, enfrentándose con los vasallos de la realeza española entre los que reconoceremos a Christopher Lee, de ceño fruncido y adustas maneras de villano. Desde el comienzo del film queda claro el tono de parodia que va a imperar en esta historia situada en el siglo XVIII, y que comienza con un barco real español encontrando a otro velero lleno de cadáveres a los que la muerte ha sorprendido en las posturas más absurdas.
El film repite con los dos actores principales de “El halcón y la flecha”, Burt Lancaster y Nick Cravat que habían comenzado su carrera artística en el mundo de la acrobacia circense. Estupenda fotografía y secuencias corales muy logradas. Por supuesto, el enfoque es prioritariamente cómico. No hay que olvidar que una de las maneras más eficaces de destrozar las opiniones o los comportamientos que a uno le disgustan es precisamente burlándose de ellos, dejándoles en ridículo. Y a ello la película se entrega con fruición. Es un film que matrimonia ironía y parodia, un film lúdico y colorista, una buena muestra de una de las desviaciones más románticas del clásico cine de aventuras. Un sano divertimiento cargado de aromas añejos.