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Voto de Antonio Morales:
8
Intriga. Aventuras. Terror. Fantástico Norteamérica, finales del siglo XVIII. El condestable Ichabod Crane (Johnny Depp), un investigador de Nueva York que utiliza avanzados métodos de averiguación, es enviado al pequeño y remoto pueblo de Sleepy Hollow para descubrir qué hay de verdad en la leyenda de un jinete sin cabeza que aterroriza a los habitantes del lugar. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1820 Wasington Irving, uno de los grandes representantes norteamericanos del romanticismo, escribió el relato “The Legend of Sleepy Hollow”. Una de las obras favoritas de Tim Burton que como se ha visto, era un gran apasionado de las historias fantásticas y monstruosas. Si en las páginas escritas, el protagonista es un maestro de escuela que trata de iniciar una nueva vida en el pueblo de Sleepy Hollow, bajo la amenaza de un jinete sin cabeza que aterroriza a sus habitantes, en la adaptación libre firmada por Andrew Kevin Walker (guionista de “Seven”), Ichabud Crane es un detective de Nueva York obsesionado por la investigación racional de todos los casos “Defendiendo el sentido común y la justicia. Para llegar a la resolución de un crimen debemos usar el cerebro”, afirma ante sus incrédulos superiores.

Debido a su meticulosidad y rebeldía profesional, Crane (Johnny Depp) es enviado a Sleepy Hollow con el film de solventar los asesinatos de tres de sus ciudadanos, cuyos cuerpos han aparecido decapitados y las cabezas han desaparecido. Crane sufre pesadillas relacionadas con un suceso en su infancia y además debe enfrentarse a las fuerzas vivas de la villa, que no aprueba sus métodos. Estamos en 1799, Sleepy Hollow es la una localidad puritana, temerosa de Dios, con secretos susurrados por el viento y con un miedo irracional por lo desconocido. Crane es un “out-sider” recibido con desconfianza por sus moradores de origen holandés en un mundo que se encierra en sí mismo. Y que atribuyen al jinete sin cabeza (Christopher Walken) las muertes como venganza por su muerte en las cercanías del lugar.

Atraído por la misteriosa y etérea Katrina (Christina Ricci), el introvertido Crane indagará en los misterios del árbol genealógico de la atractiva joven. Burton se sirve del argumento para articular no sólo un film de aventuras espectacular, sino una historia de terror gótico en tono de thriller y a la vez una comedia costumbrista, dejando su impronta personal en cada uno de los géneros que el film presenta. Como casi todas las cintas de Tim Burton, Sleepy Hollow es un festín visual, donde, brujería, fantasmas, niebla y superstición envuelven este relato enrevesado y tenebroso sobre el decapitado caballero teutón.

Desde las primeras gotas rojas de la cera que sellan un testamento con las que se inicia la película y que se confunden con sangre, hasta las fastuosas y súbitas apariciones del jinete siniestro, cada plano del film está tratado con el mismo interés por la cámara de Emanuel Lubezki que cede el protagonismo cromático al rojo de la sangre que emana de las numerosas víctimas de la historia. Burton pretende rendir homenaje al cine de la productora inglesa Hammer, que tantas buenas películas de terror realizó en la década de los 50 y 60, contando aquí con Christopher Lee en un pequeño papel. En el fondo, Sleepy Hollow es una pesadilla, con una iconografía singular, paradójicamente de contornos amables. Su desaforado sentido del humor, su seguimiento de la estructura cinematográfica clásica y su excelente ambientación que nos demuestra que el cine de Burton no requiere revoluciones tecnológicas ni conceptuales para reivindicar su validez.
Antonio Morales
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