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Voto de Antonio Morales:
7
Drama. Fantástico Ambientada en el sur de los Estados Unidos, en plena Depresión. Paul Edgecomb es un funcionario de prisiones encargado de vigilar la "Milla Verde", un pasillo que separa las celdas de los reclusos condenados a la silla eléctrica. John Coffey, un gigantesco hombre negro acusado de asesinar brutalmente a dos hermanas de nueve años, está esperando su inminente ejecución. Tras una personalidad ingenua e infantil, Coffey esconde un ... [+]
1 de agosto de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frank Darabont es uno de los realizadores más valorados en esta web, pues supone una agradable excepción dentro del panorama actual del cine americano. Y más aún si tenemos en cuenta que en su debut cosechó un gran éxito con “Cadena Perpetua”. Pero es que cinco años más tarde se atrevió con otro relato de Stephen King, “La milla verde” que es otra historia carcelaria que confirma la habilidad del cineasta para hacer una película evocadora, inteligente y muy bien narrada, con toques fantásticos porque el cine no sólo es arte, es magia, emoción y fantasía.

El paralelismo entre ambas películas no acaban en el ambiente carcelario en el que se desarrollan. Las dos están contadas en primera persona con la diferencia de que mientras en la primera eran los comentarios de Morgan Freman los que acompañaban el relato mediante la voz en off, en la presente se recurre a un amplio “flashback” central. La razón de esta estructura viene dada así para que el espectador vaya descubriendo al mismo tiempo que los personajes los extraños acontecimientos que jalonan la historia, pretendiendo con esto que el espectador se sienta tan maravillado como ellos ante los hechos que se les presentan y que se plantee los mismos interrogantes y dudas, creando así una cierta intriga que mantenga el interés, todo ello gracias a la solidez del guión, su excelente narrativa y el valor de los planos por su puesta en escena.

Estamos en el profundo sur de los EE.UU. durante la depresión con su lacerante racismo y sus vicios atávicos. La cárcel crea un mundo cerrado en la que el cineasta se encuentra cómodo en la descripción de los personajes – en el que destaca por su deslumbrante actuación Tom Hanks, así como los secundarios –, a través de los cuales descubrimos el cambio que se produce en las vidas de los guardianes del corredor de la muerte al tener que hacerse cargo de un descomunal preso de color, John Coffey (Michael Clarke Duncan), de mirada noble y rictus triste, acusado injustamente de unos hechos abominables, y del que descubrirán su humanidad generosa, sus poderes para curar y su capacidad de conocer los pensamientos de las personas con sólo tocarlas. Es una emotiva película, un canto a la vida y un alegato contra la pena de muerte.

El cineasta integra perfectamente los elementos fantásticos del relato, haciéndolos convivir con el más estricto y descarnado realismo, la grisura de lo cotidiano sin perder nunca el interés en los personajes. Darabont construye un universo alrededor de ese pasillo de condenados con la idiosincrasia particular de cada uno, mostrándonos como irrumpe lo fantástico, creando admirablemente una serie de historias paralelas. El descubrimiento del ratón amaestrado de uno de los reclusos deviene así en un hecho fundamental para las relaciones afectivas de los personajes. El cineasta sortea las trampas que la utilización de elementos fantásticos le plantean en la película, no cayendo nunca en el ridículo. Darabont nos muestra las ejecuciones en toda su crudeza con el fin, creo yo, de despertar nuestras conciencias, asistiendo a una ceremonia macabra e indigna de seres humanos, porque una muerte jamás se podrá reparar con otra muerte, ni tampoco podrá reparar el dolor infringido a la familia de la víctima.
Antonio Morales
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