Para valorar y comprender mejor el resultado final de “Superman II” hay que recordar que tanto este film como el primer “Superman”, fueron producidos por los Salkind y rodados en continuidad (más tarde otros productores le siguieron: “EL Señor de los anillos”, “Matrix”, “Piratas del Caribe”, “El Hobitt”) con el fin de abaratar costes, algo que los Salkind ya habían hecho anteriormente con el díptico sobre “Los tres mosqueteros” de 1973, precisamente dirigido por Richard Lester, el cual iba a concluir esta segunda entrega, debido a que Richard Donner fue despedido iniciada esta segunda parte por desavenencias con los productores. La cuestión sobre quien dirigió qué partes de “Superman II” sigue estando abierta a discusión, pero en cualquier caso parece claro que la salida de Donner y la entrada de Lester, modificó sustancialmente el proyecto inicial hasta el punto que puede verse como un film intermedio entre el inteligente respeto al personaje llevado a cabo por Donner y el inicio del tono humorístico que acabaría apoderándose de la franquicia con “Superman III” filmada totalmente por Lester.

No olvidemos la perspectiva del tiempo para juzgarla, que el proyecto fue rodado con los mejores recursos técnicos de su época, que aunque ahora puedan parecer ridículos, eran todo un alarde creativo y artístico. “Superman II” retoma el prólogo de la primera película – que, de hecho, ya estaba concebido con esa intención – en el que tres criminales del planeta Krypton, el general Zod (Terence Stamp) y sus dos secuaces son expulsados a la Zona Fantasma. La liberación de los tres convictos y su llegada a nuestro planeta atesorando los mismos poderes que el superhéroe, hará detonar mas aventuras entre el bien y el mal. Entretanto el malvado Lex Luthor evadido de la prisión donde fue confinado, entabla una frágil alianza con los villanos alienígenas.

Si bien esta entrega continúa siendo una trama entretenida de aventuras con toques de comedia, y Lois Lane cada vez sospecha más de Clark Kent, no es menos cierto que está un tanto desequilibrada, comparándola con la anterior. Puede deberse, como apunté anteriormente, al impasse que se produjo al cambiar el director, trayendo consigo cambios en el guión y en el equipo técnico, pues también se cambió al montador y al director de fotografía. En cualquier caso, eso se nota en el resultado: pese a no faltarle buenos momentos, que hasta cierto punto justifica el prestigio de esta secuela, también es verdad que otros aspectos funcionan por debajo de lo esperado. Como en la primera entrega pero con menor intensidad, “Superman II” concentra parte de sus esfuerzos en profundizar en el proceso de humanización del superhéroe. En cambio me parece poco acertado las fechorías de los villanos, además de sustituir la ironía y perplejidad con que Superman trataba de entender a los humanos con un cierto sarcasmo en cuanto a la sexualidad del superhéroe.