Coincido totalmente con la opinión que el periodista Luis Herrero, en su charla semanal con sus contertulios, mantiene sobre esta película. El director del programa “Cowboys de medianoche” de Es Radio, que se puede escuchar y descargar de la web, aboga por una obra poco valorada y que merece ser reivindicada, propuesta a la que me sumo con esta crítica.

El film se inicia con la imagen de un adulto, de espaldas junto al mar, se trata del hijo mayor de Michael Sullivan, es un film construido sobre los recuerdos de ese hombre. Estamos pues, ante un film de recuerdos de infancia evocados por una persona adulta. Sin embargo, lo que cuenta el film está pasado por el filtro de la mirada del niño, el relato está marcado por la emotividad, y pocas cosas puede haber tan emotivas para un niño de 12 años como descubrir casi simultáneamente que su padre (Tom Hanks) no es la persona que él había idealizado sino que trabaja de matón a sueldo del mafioso (Paul Newman), y luego descubrir a su madre y hermano pequeño asesinados.

A partir de entonces padre e hijo iniciaran una huida hacia adelante que contribuirá a conocerse mejor, con el propósito firme e indisoluble de la venganza. Más que una película de guión es un film de puesta en escena, prueba de ello es la presentación de Maguire (impresionante, Jude Law), el asesino a sueldo contratado por la mafia para matar a Sullivan (T. Hanks), el personaje se gana la vida combinando el placer de matar con el de fotografiar cadáveres. “Camino a la perdición” es un tradicional relato de “gángsters”, impregnado de un sentimiento fatalista que viene insinuado por el título del film que en español lo enfatiza más que en inglés, pues aunque significa lo mismo, también se refiere a la ciudad cerca de Chicago.

Es imprescindible mencionar la excelente fotografía de Conrad L Hall, que recuerda, aún sin imitarlo, el patrón estético elaborado por Gordon Willis en las tres entregas de “El Padrino”, si bien en esta ocasión es la mafia irlandesa, y no la italiana, es el referente elegido. Finalmente destacar el personaje de Connor Rooney (Daniel Craig), hijo del mafioso Newman, que es el protagonista negativo del film, siendo ahora el famoso James Bond. El encabezado de mi crítica lo comento en el Spoiler, para no destripar la peli.