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Voto de Mongoringo:
6
Thriller. Drama. Comedia Hollywood, años 60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta llamativo cómo público y crítica se han envuelto en la bandera "Es una carta de amor que Tarantino dedica al cine", cuando los protagonistas se dedican a la televisión.
Este director ha ido creando, y con merecimiento, una legión de seguidores que crece cada día; pero es curioso que la mayoría de los cuales hayan pasado a ser hooligans que defienden cuanto hace su ídolo, sin hacerse preguntas sobre lo que han visto.

Con esta película, Tarantino se ha convertido en una caricatura de sí mismo; ha cogido la lista "Cosas que la gente espera ver en mis pelis" y las ha incrustado. No ha podido esperar a que Booth suba a la hippie descalza al coche: ya exhibe los pies Sharon Tate en la sala de cine, porque sí, porque es una peli de Tarantino. ¿El Red Apple? Hagámonos un Marvel. El flashback: cortamos la película a mitad para reírnos un buen rato de Bruce Lee y, ya de paso, que salgan Kurt Russel y Zoë Bell.
Más cosas puestas porque sí: la historia previa de Tate y Polanski contada por Steve McQueen (¿para qué necesitas presentar a un personaje cuando puedes ponerle un letrero con su nombre?); Al Pacino en un papel que sirve para que Al Pacino figure en los créditos de tu película; la rumorología (o no) sobre la viudedad de Booth; el angustioso ataque de tos (sin origen, final o motivo) de Dalton en el trailer de vestuario; la insistencia en el nombre escrito en la silla de la niña...

La película empieza con una maravillosa declaración de principios: una entrevista televisiva al actor Rick Dalton y a su doble, Cliff Booth, en formato 1:1 y con contraplanos rodados a posteriori; solo con eso, la película ya te anuncia que va a hablar de una dualidad profesional y que su estilo va a respetar los formatos originales cuando sea necesario.
Pues no. Una vez que vemos que Dalton vive en una mansión y Booth en la caravana de Budd (el de Kill Bill), se acabó la reivindicación. A partir de ahí empieza la preparación para lo que hemos ido a ver: la matanza en casa de Sharon Tate, que para eso sale Charles Manson en los anuncios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mongoringo
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