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España España · Barcelona
Voto de JorgeRTadeo:
7
Drama. Romance Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
30 de marzo de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escandalósamente irregular 'Los abrazos rotos' es una película que sin ser magistral, tiene momentos de muy buen cine. Y eso pese a defectos evidentes, el más grave y que los resume casi todos, es que se trata de una historia que da mil vueltas para no llegar a ninguna conclusión clara ni a ningún sitio nuevo en la filmografía de Almodóvar. Lo bueno está en que el espectador puede sentirse satisfecho con el viaje, aunque al final el destino no sea el deseado, o nos demos cuenta de que quien nos guía (el propio Pedro) se ha perdido por el camino. Pero si aún así podemos disfrutar de este trayecto cinematográfico es por las siguientes razones:

1) por la belleza del paisaje fílmico que nos muestra Almodóvar, por escenas con enorme fuerza como la de Penélope Cruz doblando su propia voz en un vídeo mudo o la imagen de las fotografías rotas sobre la mesa del invidente Lluis Homar.

2) por la consistencia de los personajes a los que nos encontramos por el camino de esta historia y el talento de los intérpretes que les dan vida (Blanca Portillo, Lluis Homar, Penélope Cruz o Ángela Molina están magníficos) aunque otros sean un tópico andante (José Luis Gómez, que sin embargo está estupendo) o una mera excentricidad irrelevante (Ruben Ochandiano).

3) por la calidad técnica de la propuesta que nos permite disfrutar más intensamente del viaje: una preciosa fotografía del paisaje canario, una sensible banda sonora de Alberto Iglesias que nunca decepciona, o un montaje que convierte una narración compleja con saltos temporales en algo muy sencillo de asimilar incluso para el espectador menos atento.

4) por Blanca Portillo y su personaje, que evoluciona de forma excepcional hasta convertirse prácticamente en la clave de la película. El monólogo en el bar que descubre los cabos sueltos de la trama resultaría totalmente postizo de no ser por la convicción y el magnetismo con que esta actriz lo pronuncia.

5) por dos detalles cómicos extraordinarios, que hacen más ameno el recorrido y dejan claro que Almódovar mantiene intacto su peculiar y único sentido del humor: el desternillante papel de Lola Dueñas como intérprete, y la escena de "Chicas y maletas" con Carmen Machi que cierra de manera insuperablemente divertida la película, aunque su inserto narrativamente esté cogido con alfileres y sea una prueba más de que el propio cineasta al final no tiene claro qué quería contar realmente (¿es también un auto-homenaje el hecho de que el protagonista de la película sea un guionista ciego?)

De hecho esta es la frase que cierra Los abrazos rotos: "Las películas hay que terminarlas... aunque sea a ciegas" Y es cierto, siempre y cuando se tenga el talento de Almodóvar, porque aunque a veces el guión no le salga redondo, sus películas merecen verse, y si es posible sin dejarse 'cegar' por los prejuicios.
JorgeRTadeo
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