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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama Los Klingenfeldt, una familia de la alta burguesía danesa, se disponen a celebrar el sesenta cumpleaños del patriarca, un hombre de trayectoria y reputación intachable. Sin embargo, sus tres hijos, aunque muy diferentes entre sí, están dispuestos a aprovechar la ocasión para sacar a relucir los trapos sucios de la familia. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2008
87 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustaría dirigirle unas cuantas palabras a Carlos Boyero, el crítico del diario El Mundo: ¿De dónde demonios saca usted eso de que la película es "divertida"? ¿DIVERTIDA? Cualquiera se pensaría que va a ver una comedia familiar corrosiva tipo "Un funeral de muerte" o algo por el estilo. Yo no sé qué concepto tendrá usted de la diversión, pero desde luego no tiene nada que ver con el mío.
Porque a mí no me ha parecido en absoluto "divertida". Más bien es como si me hubieran dado una paliza en un cuarto oscuro y yo no hubiera sabido quién me daba los golpes ni por dónde iban a venir. Me he sentido como si me hubieran golpeado por todas partes y me hubieran dejado sin respiración y sin una gota de sangre en el cuerpo.
A mí la verdad es que me la repampinfla el movimiento Dogma o lo que quiera que sea, y no voy a entrar en detalles sobre eso, porque otros usuarios ya habrán profundizado en ese tema (disculpad, aún no he leído vuestras críticas sobre la película, prefiero hacerlo a posteriori). Me importa poco la forma, porque desde luego el fondo es como el derechazo de un peso pesado del boxeo dirigido insistentemente al sufrido estómago.
Y yo que creía que Von Trier era pesimista e impactante.
Pues Vinterberg no se queda atrás. Incluso creo que le gana.
Pocas veces me he sentido tan K. O. viendo una película. Incluso tuve que darle al botón de pausa y agarrar la botella (de agua, mal pensados), y ponerme a beber porque tenía que reaccionar, hacer algo para liberar la rabia y el estupor que me estaban inundando. "Es sólo una película", "es sólo una película", me susurraba a mí misma para convencerme.
Pero lo cierto es que sentía unas ganas atroces de colarme en la pantalla y empezar a repartir hostias como panes.
Millones de hostias para el padre.
Otros millones para la madre.
Otras cuantas para el hijo menor.
Y otra tanda para los invitados a la fiesta.
Estuve casi todo el tiempo en estado como de shock, como de alucinamiento, y me estaba surgiendo el instinto asesino como cuando se es víctima de injusticias, o como cuando se es testigo de ellas.
Vinterberg ha sabido sacarme como un maestro toda la bilis del cuerpo y toda la furia que yo raras veces he sabido que tenía.
Y vaya que he visto películas duras, pero a Vinterberg creo que ahora lo colocaré en la vitrina de los directores que más me han retorcido las tripas.
Pero lo peor lo sientes porque sabes que te están mostrando algo que sucede a diario en cualquier lugar. Incluso en tu entorno.
¿Cuántos cierran los ojos y vuelven la cara cuando tienen la verdad delante y se niegan a verla?
Enhorabuena, maestro, porque tú sí que eres experto en aguar la fiesta (en todos los sentidos) al personal.
Vivoleyendo
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