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Voto de Vivoleyendo:
10
Drama Se inspira en la novela "La escafandra y la mariposa" escrita por Jean Dominique Bauby a causa de un accidente (1995) que lo introdujo en el mundo del "Locked in Syndrom" (encerrado en sí mismo). Totalmente paralizado, sin poder comer, hablar, ni respirar sin asistencia, el antiguo redactor jefe de la revista "Elle" dicta letra por letra, moviendo sólo el párpado izquierdo, una especie de viaje inmóvil. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2008
69 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo estoy escribiendo esta crítica, con unas manos sanas en las que apenas pienso porque siempre me han respondido perfectamente. Bueno, exceptuando aquella ocasión en que, en febrero o marzo de 1987, me caí y me rompí el hueso de la mano derecha que va desde la muñeca hasta el nudillo en el que comienza el dedo meñique. Estuve tres semanas con la mano y todo el antebrazo escayolados hasta el codo. Fue una fractura limpia y de poca importancia, y sanó rápidamente. Durante esas semanas, tuve que arreglármelas con la mano izquierda y con la ayuda de otras personas para vestirme, ducharme y para todo lo que requiriese de ambas manos. No podía escribir (soy diestra), y tuve que prescindir durante ese tiempo de mi bicicleta. Aquella fue la única ocasión en la que experimenté la incomodidad de poseer una parte del cuerpo inutilizada. Sólo fueron tres semanas, pero cuando me quitaron la escayola tenía el brazo tan débil que me pasé horas moviéndolo para que recuperara su movilidad normal. Mis dedos, algo atrofiados por el prolongado encierro, respondían con exasperante lentitud y dificultad. Los ejercité hasta que dejó de costarme trabajo moverlos.
Y ahora estoy aquí, muevo la cabeza, respiro, trago la saliva, mis dedos se mueven velozmente por el teclado, hago movimientos voluntarios e involuntarios... Todo mi cuerpo responde obedientemente. Subo y bajo la escalera de mi casa, voy y vengo como quiero...
Toda esa maquinaria increíble que es nuestro cuerpo... A fuerza de costumbre, ignoramos que estamos hechos de puro milagro hecho carne. No apreciamos lo preciosos que son esos movimientos que hacemos con las manos. Ese movimiento de nuestro pecho haciendo circular el aire entre los pulmones y la atmósfera. Nuestros ojos moviéndose para que podamos mirar lo que nos interesa. Las piernas, que amplían nuestros horizontes, y que son el motor de nuestra autonomía física. La piel, fuente de innumerables sensaciones. Y ese mecanismo que nos permite hablar...
¿Cuándo fue la última vez que nos paramos a venerar esta máquina prodigiosa que contiene nuestra alma, todo lo que somos?
Jean Dominique Bauby se vio privado de golpe de todo eso que apenas valoramos. Se vio encerrado dentro de su propio cuerpo. Lo que antes había sido su puerta al mundo, se transformó en su cárcel.
La cárcel de su alma. La cárcel de sus pensamientos. La escafandra que le aislaba de lo que le rodeaba.
Tan sólo podía mover el ojo izquierdo. Ese ojo tenaz se erigió en su ventana de comunicación, su único medio para que el contacto entre su mente y el exterior no se rompiera definitivamente.
Por dentro seguía siendo el mismo. Un hombre de cuarenta y dos años lleno de vida, en plenitud de facultades intelectuales. El poder de su imaginación le permitía escapar a su encierro para volar donde quisiera. Como una mariposa caprichosa que revolotea impulsada por el viento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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