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Voto de Vivoleyendo:
7
Thriller. Drama El magnate Robert Miller (Richard Gere), retrato perfecto del éxito tanto profesional como familiar, aparece siempre acompañado por su fiel esposa (Susan Sarandon) y por su hija y heredera (Brit Marling). Pero, en realidad, Miller está con el agua al cuello: necesita urgentemente vender todo su imperio a un gran banco antes de que se descubra que ha cometido un fraude. Además, a espaldas de su mujer y de su hija, tiene un romance con ... [+]
25 de marzo de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué negada soy para todo eso de las finanzas. Todo lo relacionado con el mundillo financiero ha estado desde que tengo uso de razón entre lo que yo jamás habría elegido como vocación/profesión porque no tengo el menor interés ni aptitud. Es empezar a oír esa terminología incomprensible y me entra un aburrimiento mortal. Que si la bolsa, que si los mercados, que si el Ibex 35, que si la deuda, que si las letras del tesoro... Lo mismo me daba estar oyendo chino mandarín, me iba a enterar igual.
A mí lo de las grandes fortunas me resulta más ajeno que el espacio exterior, porque por lo menos éste me interesa.
Se tiende a creer que quien es muy rico es más feliz, pero no es así. Quien tiene mucho, el que tiene un imperio financiero, también tiene una pesadísima responsabilidad sobre sus hombros, cientos o miles de familias que dependen de su prosperidad, montones de complicadas transacciones con las que lidiar, millonarios tratos que cerrar, una agenda que en suma está siempre en inminente riesgo de explotar de tan llena. Lo que es peor, su vida es examinada con lupa, está en boca de todo el mundo, no hay anonimato, todo lo que hace de puertas afuera y de puertas adentro tiene que estar cuidadosamente medido, calculado. No puede permitirse ni un error, ni un desliz, si lo pillan echando una cana al aire puede ser suficiente para echar a perder su frágil equilibrio. Si mete la pata en un negocio muy gordo y por ello el imperio se coloca al borde de la quiebra, hará el chanchullo que sea para evitar la catástrofe y tendrá que cargar con ese lastre mientras sigue dando la viva imagen del oráculo del dinero, pura fachada que es la única baza con la que puede jugar su última carta.
Y claro, un tiburón de los negocios con tanta pasta y que se mueve en tantos círculos conoce a muchas beldades, muchas tentaciones, es difícil seguir aparentando el papel de marido perfecto. Y menos aún cuando él se larga a horas intempestivas y una noche vuelve como un perro apaleado.
Por supuesto, la esposa del tiburón no puede sino estar a la altura, porque si ella no supiera también moverse expertamente en esa dimensión de mentiras y falacias, no habría soportado mantenerse en la cresta de esa enorme ola que si llegara a alguna orilla estallaría con tal furia que arrasaría cuanto pillase a su paso.
Y esa esposa que prefiere vivir en la mentira y hacer como que se la cree, es de las que ostentan la filosofía de "no preguntes si no quieres que te mientan".
Ambos tienen una hija inteligente, brillante, que ha seguido los pasos de su padre y trabaja en el imperio familiar, desde luego. Pero ella aún no ha aprendido lo que es darse un tropezón de millones de dólares, ni ha conocido aún la traición. No tardará en tener su bautismo de sangre, como se suele decir, porque ni siquiera nuestros padres pueden protegernos de las cosas que más nos duelen.
El pastel podría descubrirse, y todo se vendría abajo...
Un thriller entretenido y hasta algo adictivo, con buena música y correctísima interpretación de Gere, sobre ese voluble castillo de humo que es el dinero y el efecto mariposa que conlleva.
Basta que una mariposa agite sus alas para provocar un huracán.
Vivoleyendo
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