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Voto de Vivoleyendo:
9
Bélico Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Rodada íntegramente en japonés, la película ofrece la versión nipona de la batalla de Iwo Jima, el episodio más cruento de la guerra del Pacífico, en el que murieron más de 20.000 japoneses y 7.000 estadounidenses. El objetivo de la batalla para los japoneses era conservar un islote insignificante, pero de gran valor estratégico, pues desde allí defendían la integridad de su territorio. El mismo año, ... [+]
29 de junio de 2008
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eastwood, otra vez me vapuleas con ese talento tuyo para exprimirme hasta la última gota de sentimiento.
Otra vez me colocas en el ring y me propinas derechazo tras derechazo en ese lugar impreciso, que no es ni alma ni cuerpo, o que es ambas cosas; el punto donde ambos se unen. Coges tus guantes alegóricos de boxeador de espíritus y me transportas a una dimensión que se mueve por pura sensibilidad; fabricada de trozos de corazones; de cielo a veces protector, a veces remoto, eternamente observador; de sol que consuela durante un ocaso que se perderá para siempre en las retinas de alguien que retendrá su belleza en el recuerdo; de memorias que vuelan sin cesar hacia lo más amado del mundo; de palabras que tal vez nadie leerá nunca.
La guerra, como tantas cosas, se compone de individuos que sienten, que padecen, que piensan, que aman la vida, que tienen miedo a la muerte, que desean más que nada estar a salvo en casa con sus familias. Acariciar a sus mujeres, ver crecer a sus hijos, recibir las atenciones de unas madres que, por muchos años que pasen, querrán seguir protegiéndolos del aire frío, de la lluvia, de todos los peligros.
Eso, nada más y nada menos, son los soldados. Desde el más alto general al más humilde soldado raso.
Cuando saben que tienen que luchar hasta morir por su país porque es lo que les han enseñado y lo que con frecuencia les obligan a asumir, porque cuando lo peor de la humanidad se desata y se encuentran en mitad del fuego cruzado y no queda más alternativa que lanzarse a muerte... Entonces quizás es cuando se descubre que nada hay que merezca la pena, ninguna patria que valga, excepto esa porción de mundo que cada uno ama, donde caben todos los tesoros que cada cual pueda acumular. Y no se trata de un simple trozo de tierra con fronteras artificiales y con un nombre bajo el que millones de personas se identifican.
Se trata del hogar.
El lugar donde siempre volverán cuando todo lo demás haya caído.
Mientras aún tengan algún aliento. Puede que incluso cuando ya lo hayan perdido.
Desde más allá de la muerte.
Eastwood, otra vez me noqueas con esa fotografía espectacular, que hiere y duele hasta el último fotograma. Otra vez me dejas K.O. con esa banda sonora en la que no sé cómo te las arreglas para que ese piano suene con las notas más suaves, deliciosas y tristes que ese instrumento pueda producir.
Porque no es Japón, no es Iwo Jima, no es Estados Unidos.
Porque son personas en condiciones terribles y apocalípticas. Metidas en una contienda que la mayoría de ellos, gentes corrientes, no provocaron pero a la que fueron arrastrados.
Gente como tú. Como yo. Como todos.
Vivoleyendo
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