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Voto de Juan del Sur:
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72.312
Intriga
Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2018
20 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
.
(Esta crítica se limita al comienzo, unos pocos segundos, que parecen ser escenas de otra película que se frustró.)
Para quien ha visto la película y la recuerda, o puede verla, propongo las siguientes tesis:
1) Las imágenes que acompañan a los títulos —la mujer y las figuras sobreimpresas— no tienen ningún punto de contacto con la persecución en las terrazas de la secuencia siguiente: la mujer está en interior, con luz artificial, estática, mientras la otra escena es una carrera vertiginosa y confusa de tres hombres al aire libre, bajo una incierta luz natural, donde la mujer no aparece, ni es mencionada, ni aludida, ni se conecta de ningún modo con dicha acción ni con sus personajes.
2) En la segunda secuencia vemos cómo un uniformado dispara a matar contra un hombre desarmado, sin darle la voz de alto ni realizar disparos de advertencia, lo cual plantea un enigma fortísimo: ¿por qué razón un policía se coloca en la vereda del crimen al intentar cometer un homicidio y, paralelamente, qué oscura trama motiva que el otro policía que lo acompaña no intente impedírselo o, aunque sea, lo llame a la reflexión de viva voz o le ordene desistir de su actitud si, como parece, tiene rango superior?
3) ¿Cómo se resuelve la aparentemente insoluble situación de un hombre aterrorizado colgando de una canaleta a punto de ceder en lo alto de una solitaria azotea, en plena madrugada?
Las señaladas en los puntos 2) y 3) —y ninguna otra— son las situaciones centrales que deja planteadas la primera secuencia efectiva de “Vértigo”. Pero, como si fuera un trozo de otra película mezclado por error, el resto del filme ignora los temas que aquella propuso, con resultado desastroso.
Hasta aquí, la síntesis de las reflexiones que promueve esa extraña segunda secuencia. Pero cabe aún realizar, para quien tenga ganas, un somero análisis de lo que se desprende de esas pocas imágenes:
A) Cuando se inicia la secuencia, por el capricho de mostrar ambas manos juntas asidas del barrote de la escalerilla, el director quebranta el modo natural de avance alternado de manos y pies, modo ineludible en caso de extremo apuro. Las dos manos juntas del fugitivo no agregan nada, sino que por el contrario hacen sospechar alguna forma de daño cerebral (en el director).
B) El uniformado dispara sobre el hombre de pantalón y camisa claros (en adelante, HPCC) a mansalva, para eliminarlo: así lo muestra la dirección de los fogonazos. No es por algo que éste se lleva; para eso bastaría con dispararle a las piernas. Quiere silenciarlo: ¿por algo que sabe, acaso?
C) Pero, ¡después no le dispara, cuando lo tiene a su merced pugnando por trepar el techo de tejas! El mismo inescrupuloso gatillo fácil ahora arriesga la vida en el salto para seguir persiguiéndolo. Y vuelve a no dispararle cuando en la siguiente terraza es un blanco perfecto, sin nada que se interponga. ¿Es el mismo policía? ¿Es el mismo director, o es otro con una idea diferente acerca de los personajes y de la historia?
D) James Stewart (en adelante JS) resbala y queda colgando en posición insostenible. El policía uniformado, que no habría tenido necesidad de saltar antes que JS, si hubiera sido consecuente en su propósito de matar a HPCC, intenta ayudarlo pero pierde pie y se estrella en el pavimento (“los sabios mueren, mas los tontos revientan” - Gracián).
E) JS sólo atina a aterrorizarse y desesperarse. No se le observa la actitud inquisitiva y exploratoria de quien, aun en una situación sin solución aparente, busca con rapidez algún medio de salvación: es firme candidato a imitar el vuelo de gatillo fácil.
F) De las dos personas, además de JS, que andaban por los techos en esa madrugada (es el crepúsculo matutino: no hay luces en las ventanas) una ha muerto y la otra tiene un interés comprensible en eclipsarse, pues de a ratos intentan asesinarlo. JS, desde donde está, no puede trepar sin ayuda, porque lo que hay sobre la canaleta es un techo casi vertical, sin relieves de dónde poder asirse. La misma canaleta parece que no resistirá el desplazamiento de JS hacia uno u otro de los extremos, como no ha resistido el soporte próximo al lugar de donde él está tomado.
G) JS está en una situación sin salida: caerá antes de que pueda organizarse el auxilio que necesita: una red de bomberos tendida allá abajo, o sogas y hombres forzudos y dispuestos, o varios hombres vigorosos que, formando una cadena humana desde la parte del techo en que puedan hacer pie, lo alcen en vilo. Por la índole de la película (no la de Hitchcock) se descarta la intervención del ángel de la guarda de JS, la cual parece ser la única opción que reúne las condiciones de celeridad y poder requeridas.
En el teatro antiguo esto se resolvía con un deus ex machina, un dios que descendía con aparejos sobre el escenario y solucionaba cualquier embrollo. En “Vértigo”, Hitchcock no se atreve a hacer actuar un deus ex machina... a la vista del público, aunque la continuidad de la película —si es que es la misma— nos da prueba de que ese prodigio existió, aunque se nos prive de verlo.
(Termina en Zona spoiler)
(Esta crítica se limita al comienzo, unos pocos segundos, que parecen ser escenas de otra película que se frustró.)
Para quien ha visto la película y la recuerda, o puede verla, propongo las siguientes tesis:
1) Las imágenes que acompañan a los títulos —la mujer y las figuras sobreimpresas— no tienen ningún punto de contacto con la persecución en las terrazas de la secuencia siguiente: la mujer está en interior, con luz artificial, estática, mientras la otra escena es una carrera vertiginosa y confusa de tres hombres al aire libre, bajo una incierta luz natural, donde la mujer no aparece, ni es mencionada, ni aludida, ni se conecta de ningún modo con dicha acción ni con sus personajes.
2) En la segunda secuencia vemos cómo un uniformado dispara a matar contra un hombre desarmado, sin darle la voz de alto ni realizar disparos de advertencia, lo cual plantea un enigma fortísimo: ¿por qué razón un policía se coloca en la vereda del crimen al intentar cometer un homicidio y, paralelamente, qué oscura trama motiva que el otro policía que lo acompaña no intente impedírselo o, aunque sea, lo llame a la reflexión de viva voz o le ordene desistir de su actitud si, como parece, tiene rango superior?
3) ¿Cómo se resuelve la aparentemente insoluble situación de un hombre aterrorizado colgando de una canaleta a punto de ceder en lo alto de una solitaria azotea, en plena madrugada?
Las señaladas en los puntos 2) y 3) —y ninguna otra— son las situaciones centrales que deja planteadas la primera secuencia efectiva de “Vértigo”. Pero, como si fuera un trozo de otra película mezclado por error, el resto del filme ignora los temas que aquella propuso, con resultado desastroso.
Hasta aquí, la síntesis de las reflexiones que promueve esa extraña segunda secuencia. Pero cabe aún realizar, para quien tenga ganas, un somero análisis de lo que se desprende de esas pocas imágenes:
A) Cuando se inicia la secuencia, por el capricho de mostrar ambas manos juntas asidas del barrote de la escalerilla, el director quebranta el modo natural de avance alternado de manos y pies, modo ineludible en caso de extremo apuro. Las dos manos juntas del fugitivo no agregan nada, sino que por el contrario hacen sospechar alguna forma de daño cerebral (en el director).
B) El uniformado dispara sobre el hombre de pantalón y camisa claros (en adelante, HPCC) a mansalva, para eliminarlo: así lo muestra la dirección de los fogonazos. No es por algo que éste se lleva; para eso bastaría con dispararle a las piernas. Quiere silenciarlo: ¿por algo que sabe, acaso?
C) Pero, ¡después no le dispara, cuando lo tiene a su merced pugnando por trepar el techo de tejas! El mismo inescrupuloso gatillo fácil ahora arriesga la vida en el salto para seguir persiguiéndolo. Y vuelve a no dispararle cuando en la siguiente terraza es un blanco perfecto, sin nada que se interponga. ¿Es el mismo policía? ¿Es el mismo director, o es otro con una idea diferente acerca de los personajes y de la historia?
D) James Stewart (en adelante JS) resbala y queda colgando en posición insostenible. El policía uniformado, que no habría tenido necesidad de saltar antes que JS, si hubiera sido consecuente en su propósito de matar a HPCC, intenta ayudarlo pero pierde pie y se estrella en el pavimento (“los sabios mueren, mas los tontos revientan” - Gracián).
E) JS sólo atina a aterrorizarse y desesperarse. No se le observa la actitud inquisitiva y exploratoria de quien, aun en una situación sin solución aparente, busca con rapidez algún medio de salvación: es firme candidato a imitar el vuelo de gatillo fácil.
F) De las dos personas, además de JS, que andaban por los techos en esa madrugada (es el crepúsculo matutino: no hay luces en las ventanas) una ha muerto y la otra tiene un interés comprensible en eclipsarse, pues de a ratos intentan asesinarlo. JS, desde donde está, no puede trepar sin ayuda, porque lo que hay sobre la canaleta es un techo casi vertical, sin relieves de dónde poder asirse. La misma canaleta parece que no resistirá el desplazamiento de JS hacia uno u otro de los extremos, como no ha resistido el soporte próximo al lugar de donde él está tomado.
G) JS está en una situación sin salida: caerá antes de que pueda organizarse el auxilio que necesita: una red de bomberos tendida allá abajo, o sogas y hombres forzudos y dispuestos, o varios hombres vigorosos que, formando una cadena humana desde la parte del techo en que puedan hacer pie, lo alcen en vilo. Por la índole de la película (no la de Hitchcock) se descarta la intervención del ángel de la guarda de JS, la cual parece ser la única opción que reúne las condiciones de celeridad y poder requeridas.
En el teatro antiguo esto se resolvía con un deus ex machina, un dios que descendía con aparejos sobre el escenario y solucionaba cualquier embrollo. En “Vértigo”, Hitchcock no se atreve a hacer actuar un deus ex machina... a la vista del público, aunque la continuidad de la película —si es que es la misma— nos da prueba de que ese prodigio existió, aunque se nos prive de verlo.
(Termina en Zona spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
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Continúa de "Crítica"
...
H) Hay una posibilidad —aunque remota— de que JS sobreviva a la caída: en caso de que haya recibido un exigente entrenamiento como paracaidista militar, que enseña a descomponer la fuerza cinética de la caída vertical en un movimiento de rotación horizontal. Claro que los paracaidistas militares practican en seis metros de altura y sobre césped, no en veinticinco y sobre cemento. Sobreviviría, pero quedaría contrahecho y postrado para siempre. Por ello, la secuencia de JS colgando in extremis plantea estas posibilidades:
a) Cae y se mata. Es la más probable. En ese caso lo que sigue en el filme sólo puede ser un racconto de su vida y de por qué y cómo llegó a ese momento crucial, con el foco puesto en lo que a usted, a mí y a todos más nos intriga: cuál fue la razón para que JS aparezca convalidando el accionar de gatillo fácil.
b) Cae y sobrevive. Da lugar a una de esas estimulantes películas en las que la voluntad inquebrantable de un desahuciado, sumada a la ciencia de los médicos y la abnegación de una esposa/novia ejemplar, logran una recuperación que parecía imposible. La última escena, después de años de esperanzas y frustraciones, puede mostrar al héroe tomando una cucharada de sopa por sus propios medios sin derramar casi nada. En cuanto al intento de asesinato de la segunda secuencia, en un clímax de la película nos enteramos de que JS en realidad estaba persiguiendo al policía asesino, un corrupto comprado por los gángsters.
c) No cae. Muchas películas han sido construidas según un modelo que determina que algo misterioso o inexplicable suceda en su comienzo. Todo lo que sigue es un eslabonamiento que termina por demostrar cómo lo que parecía absurdo, no lo era. La última escena de esta posible película completa a la comentada: se ve cómo el uniformado cae por obra de un oportuno cascotazo de HPCC, que es un policía honesto que lo ha descubierto y por eso el corrupto gatillo fácil lo debe matar. HPCC ha vuelto para ayudar a su amigo JS, que es otro policía honrado infiltrado en la mafia, a quien el corrupto creía un cómplice. (¿Por qué JS no ha hecho nada para impedir que gatillo fácil disparara sobre HPCC? ¡Ah, no sé, a mí no me pregunten!: ¿le preguntaron algo a Hitchcock sobre todas las otras aberraciones?)
Milagrosamente, HPCC encuentra unos cables olvidados en la terraza y con ellos logra alzar a JS hasta que ambos se confunden en un fuerte y policial abrazo. La imagen se congela después de que ellos giran para mirar el Sol que asoma detrás de las montañas y les baña los rostros despejados, viriles, generosos.
Estas son algunas de las películas compatibles con lo que se plantea en la comentada secuencia de “Vértigo”. En cambio las líneas argumentales planteadas en esta no tienen continuidad en lo sucesivo, como no sea que JS en la escena siguiente aparece con un bastón, lo cual indicaría que en la caída se torció un tobillo.
En síntesis, Hitchcock nos presenta un comienzo que plantea, con torpeza inaudita, un conflicto y un enigma que podría ser poderoso, pero luego se olvida totalmente de él: ¿hizo bien al cambiar el rumbo, la nave se estabilizó?
Todo lo contrario. Si en las secuencias iniciales, más lineales, deambulaba tortuosamente, lo que sigue a ellas es una sucesión de disparates que solo demuestran que en su mente perturbada no temía insultar la inteligencia de los espectadores.
Pero, milagrosamente, las plateas no se tragaron a “Vértigo”. Sin embargo, el filme ha tenido un amplio, asombroso, reconocimiento en las filas de los críticos, los colegas de Hitch y los psicoanalistas.
Y, bueno: como dice Virgilio en “La Divina Comedia”, “non ti curar di lor, ma guarda e passa” (“no te preocupes por ellos, pero observa y sigue”).
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Continúa de "Crítica"
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H) Hay una posibilidad —aunque remota— de que JS sobreviva a la caída: en caso de que haya recibido un exigente entrenamiento como paracaidista militar, que enseña a descomponer la fuerza cinética de la caída vertical en un movimiento de rotación horizontal. Claro que los paracaidistas militares practican en seis metros de altura y sobre césped, no en veinticinco y sobre cemento. Sobreviviría, pero quedaría contrahecho y postrado para siempre. Por ello, la secuencia de JS colgando in extremis plantea estas posibilidades:
a) Cae y se mata. Es la más probable. En ese caso lo que sigue en el filme sólo puede ser un racconto de su vida y de por qué y cómo llegó a ese momento crucial, con el foco puesto en lo que a usted, a mí y a todos más nos intriga: cuál fue la razón para que JS aparezca convalidando el accionar de gatillo fácil.
b) Cae y sobrevive. Da lugar a una de esas estimulantes películas en las que la voluntad inquebrantable de un desahuciado, sumada a la ciencia de los médicos y la abnegación de una esposa/novia ejemplar, logran una recuperación que parecía imposible. La última escena, después de años de esperanzas y frustraciones, puede mostrar al héroe tomando una cucharada de sopa por sus propios medios sin derramar casi nada. En cuanto al intento de asesinato de la segunda secuencia, en un clímax de la película nos enteramos de que JS en realidad estaba persiguiendo al policía asesino, un corrupto comprado por los gángsters.
c) No cae. Muchas películas han sido construidas según un modelo que determina que algo misterioso o inexplicable suceda en su comienzo. Todo lo que sigue es un eslabonamiento que termina por demostrar cómo lo que parecía absurdo, no lo era. La última escena de esta posible película completa a la comentada: se ve cómo el uniformado cae por obra de un oportuno cascotazo de HPCC, que es un policía honesto que lo ha descubierto y por eso el corrupto gatillo fácil lo debe matar. HPCC ha vuelto para ayudar a su amigo JS, que es otro policía honrado infiltrado en la mafia, a quien el corrupto creía un cómplice. (¿Por qué JS no ha hecho nada para impedir que gatillo fácil disparara sobre HPCC? ¡Ah, no sé, a mí no me pregunten!: ¿le preguntaron algo a Hitchcock sobre todas las otras aberraciones?)
Milagrosamente, HPCC encuentra unos cables olvidados en la terraza y con ellos logra alzar a JS hasta que ambos se confunden en un fuerte y policial abrazo. La imagen se congela después de que ellos giran para mirar el Sol que asoma detrás de las montañas y les baña los rostros despejados, viriles, generosos.
Estas son algunas de las películas compatibles con lo que se plantea en la comentada secuencia de “Vértigo”. En cambio las líneas argumentales planteadas en esta no tienen continuidad en lo sucesivo, como no sea que JS en la escena siguiente aparece con un bastón, lo cual indicaría que en la caída se torció un tobillo.
En síntesis, Hitchcock nos presenta un comienzo que plantea, con torpeza inaudita, un conflicto y un enigma que podría ser poderoso, pero luego se olvida totalmente de él: ¿hizo bien al cambiar el rumbo, la nave se estabilizó?
Todo lo contrario. Si en las secuencias iniciales, más lineales, deambulaba tortuosamente, lo que sigue a ellas es una sucesión de disparates que solo demuestran que en su mente perturbada no temía insultar la inteligencia de los espectadores.
Pero, milagrosamente, las plateas no se tragaron a “Vértigo”. Sin embargo, el filme ha tenido un amplio, asombroso, reconocimiento en las filas de los críticos, los colegas de Hitch y los psicoanalistas.
Y, bueno: como dice Virgilio en “La Divina Comedia”, “non ti curar di lor, ma guarda e passa” (“no te preocupes por ellos, pero observa y sigue”).
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