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Voto de emartinec:
8
5,7
5.251
Ciencia ficción. Drama. Terror
Cuando la especie humana se adapta a un entorno artificial, el cuerpo humano es objeto de nuevas transformaciones y mutaciones. Con la ayuda de su compañera Caprice (Léa Seydoux), Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista performativo, escenifica la metamorfosis de sus órganos en espectáculos de vanguardia. Timlin (Kristen Stewart), una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos, sigue de cerca sus prácticas. Es ... [+]
19 de octubre de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una filmografía fascinante bajo el brazo, en este 2022 y con 79 años de edad, ha regresado el David Cronenberg más David Cronenberg. Lo hace en su línea, o digamos, en la que alguna vez en desarrolló en bichos tan raros como Dead ringers (1988) o Crash (1996), jugando con el morbo, la sexualidad (en este caso una "nueva sexualidad") y desarrollando universos donde los parámetros morales lucen distorsionados respecto a lo que conocemos en nuestro mundo. Cronenberg ahí juega a placer, presentando acá un contexto muy especial, uno en donde los seres humanos han evolucionado (?), comenzando a generar nuevos órganos en sus cuerpos y por ende nuevos funcionamientos, dejando también de percibir dolor para conectarlo así con el placer ("la cirugía es el nuevo sexo").
El resto, en el spoiler...
El resto, en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En este escenario, el mundo observa entre maravillado y horrorizado a personajes como Saul Tencer (magnífico Viggo Mortensen), un artista que junto a Caprice (Lea Seydoux) ha hecho de la extracción (y tatuaje) de órganos una performance. Sin embargo, lo que se esconde tras esto es la negación por parte de Saul a la transformación definitiva, por esto mismo lo vemos sufrir intensamente durante toda la película, en una lucha a nivel orgánico, pues su cuerpo no le permite desarrollar funciones mínimas, como el hablar, comer o dormir, para lo cual requiere ayuda de una serie de máquinas, todos estos elementos estéticos fantásticos que le permiten a Cronenberg insertarnos en su retorcido mundo (cada escena en que aparecen estas sillas o camas son un verdadero manjar).
Fuera del terror estético que el director propone (que conecta en cierto modo con las herramientas que se utilizaban en Dead ringers), el erotismo que suele ser eje central en sus filmes acá vuelve a sentar presencia, aunque esta vez con mayor sutiliza. Ahí, son potentes los vínculos que se proyectan en torno a la figura de Saul Tencer, un personaje fascinante para quienes le rodean, primeramente Caprice, luego una tímida pero erotizada Timlin (sólida Kristen Stewart) e incluso (aunque de manera más confusa) Wippet (Don McKellar) da muestras de fascinación por el protagonista en ciertos momentos. El resto quizás no está tan bien desarrollado (tampoco da el tiempo), siendo ese quizás el principal defecto para una película enorme en su planteamiento y elementos individuales pero que como conjunto se enreda mientras avanza, intentando meter un rollo policial que instala más preguntas que respuestas (de pronto un detective desea detener el avance de estas prácticas pero... ¿por qué? ¿es una iniciativa propia o de Estado?). La película perfectamente podría haberse ahorrado esa sub trama profundizando otras y el resultado sin duda habría funcionado mejor.
De todas maneras, la imaginaría Cronenberg está de regreso en Crimes of the future, en un filme no perfecto pero de nivel, y todo quien ha seguido la obra de este genio estarán seguro se sentirá agradecido de aún verlo en activo, vigente y creativo.
¿Lo mejor? Las máquinas y todo el rollo de fascinación erótica en torno a la figura de Saul Tenser.
¿Lo peor? El rollo policial, innecesario
http://politocine.blogspot.com
Fuera del terror estético que el director propone (que conecta en cierto modo con las herramientas que se utilizaban en Dead ringers), el erotismo que suele ser eje central en sus filmes acá vuelve a sentar presencia, aunque esta vez con mayor sutiliza. Ahí, son potentes los vínculos que se proyectan en torno a la figura de Saul Tencer, un personaje fascinante para quienes le rodean, primeramente Caprice, luego una tímida pero erotizada Timlin (sólida Kristen Stewart) e incluso (aunque de manera más confusa) Wippet (Don McKellar) da muestras de fascinación por el protagonista en ciertos momentos. El resto quizás no está tan bien desarrollado (tampoco da el tiempo), siendo ese quizás el principal defecto para una película enorme en su planteamiento y elementos individuales pero que como conjunto se enreda mientras avanza, intentando meter un rollo policial que instala más preguntas que respuestas (de pronto un detective desea detener el avance de estas prácticas pero... ¿por qué? ¿es una iniciativa propia o de Estado?). La película perfectamente podría haberse ahorrado esa sub trama profundizando otras y el resultado sin duda habría funcionado mejor.
De todas maneras, la imaginaría Cronenberg está de regreso en Crimes of the future, en un filme no perfecto pero de nivel, y todo quien ha seguido la obra de este genio estarán seguro se sentirá agradecido de aún verlo en activo, vigente y creativo.
¿Lo mejor? Las máquinas y todo el rollo de fascinación erótica en torno a la figura de Saul Tenser.
¿Lo peor? El rollo policial, innecesario
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