La cinta comienza como la mayoría del género, con los típicos clichés que ya hemos visto en innumerables ocasiones y lo que es peor, se convierte en una muestra gratuita de sangre y violencia desmedida. La lógica se pierde ni bien comenzado el metraje y el interés va decreciendo a medida que las variantes van demostrando la mediocridad más absoluta. Todo se reduce en ver más de lo mismo, me animo a decir que el filme no aporta nada nuevo al género por lo que me resultó un verdadero fiasco. El tema de la radiación apenas es una excusa que no convence como fundamento a nadie, por lo que visionar este filme es dedicarse a ver una retahíla de muertes aberrantes, un espectáculo cursi donde la violencia se adueña de las circunstancias hasta producir una sensación de hastío incontenible. No hay intensidad en el relato, las situaciones se tornan demasiado simplonas que poca entusiasmo brindan por lo que el terror brilla por su ausencia dando lugar a un festín lleno de salvajismo.