Haz click aquí para copiar la URL
España España · teruel
Voto de simón:
6
Comedia. Romance. Drama Hortensia (Ana Belén) es una mujer madura que trabaja en una oficina del INEM. Cuando su marido la abandonó por una joven, perdió toda esperanza de volver a enamorarse. Un día conoce en la oficina a un parado (Eduard Fernández) que acaba de superar una profunda depresión. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2009
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despertarse sintiendo el calor de esa persona con la cual compartes confidencias y por la cual cederías con gusto tus pequeños espacios de libertad.
Despertarse sintiendo que va a ser un gran día independientemente del guarismo que refleje el calendario.
Despertarse con la esperanza de que hoy tus sueños van a estar un poco más cerca de realizarse.
Despertarse sintiendo que las soledades no buscadas ya no tienen cabida en nuestra vida.
Despertarse siendo consciente de que en la vida la ilusión por lo que ha de venir es el motor que anima cada mañana a seguir luchando.
Despertarse con la sensación de que todo lo malo que pueda ocurrir no te hará sufrir nunca más.
Despertarse sintiendo la necesidad de rescatar del baúl de los recuerdos ese viejo proyecto pendiente que nunca te atreviste a realizar.
Despertarse cada mañana con la ilusión propia del que urde constantemente nuevos planes.
Despertarse sintiendo que cada mañana será diferente a la anterior.
Despertarse con la ilusión propia de un niño después de una larga y fría noche de reyes.
Despertarse con la certeza de que esa persona con la que compartes tu vida todo lo daría por ti, y que tú mismo darías tu propia vida a cambio de la de ella.
Despertarse cada mañana siendo consciente de que nunca más aplazarás esos deseos pendientes a realizar y que alguna vez presupusiste irrealizables.
Despertarse sabiendo que los “no puedo hacerlo” ya no tienen cabida en nuestro vocabulario.
Despertarse consciente de que ciertos deseos son irrealizables y percibir, por ello, que esos mismos deseos han dejado ya de obsesionarte.
Despertarse sabiendo que ayer saldaste todas esas vetustas cuentas que tenías pendientes.
Despertarse sabiendo que esa persona que no te soporta y que además te tiene envidia ya nunca más podría hacerte daño, sobre todo porque sientes que ya te encuentras inmunizado a las críticas injustificadas y destructivas.
Despertarse habiendo asumido ya que la tu propia felicidad es un camino, nunca una meta.
Despertarse habiendo comprendido que no necesitas todo lo que la sociedad te obliga a desear.
Despertarse consciente de la satisfacción propia del deber no cumplido.
Despertarse sintiendo que por fin has dejado de temer al fracaso.
Despertarse comprendiendo que a lo único que has de temer es al propio miedo.
Despertarse sintiendo que ese suspiro de ayer nunca más será de melancolía.
Despertase consciente de que hoy ya no es ayer y que nunca será mañana.
Despertarse liberado de todos esos prejuicios que te han impuesto desde pequeño.
Despertarse cada mañana sintiendo que has dejado de temer a la muerte.
simón
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow