La verdad he visto lo que me esperaba. Una insustancial y banal moderna versión del clásico personaje de cómic creado por Robert E. Howard, el cual fue interpretado por Arnold Schwarzenegger en 1982 en la fantástica película de John Milius. Ahora Jason Momoa, que a cuerpo de gimnasio, es el encargado de dar vida a ese personaje de musculitos marcados y salvajismo desbocado, con una interpretación mala e inexpresiva.

Una película que quiere presentarse ante la taquilla como una súper producción pero se queda en una producción barata y plana. Con mucha carne pero poca chicha, la película se sustenta en la típica y tediosa historia de venganza. La cual nos relata la historia de un niño cuyos padres son asesinados en manos de unos guerreros. Pronto ese niño se convierte en un fuerte y bizarro guerrero que juró su venganza. Sin duda lo peor del verano.

Lo mejor: La simplicidad de la historia.

Lo peor: Jason Momoa.