Así reza el estribillo de la canción más recordada de este aclamado músical. Dirigido en interpretado por dos de las grandes figuras de este género: Vicente Minelli y Gene Kelly respectivamente. Con una serie de coreografías impecablemente llevadas a cabo, sutiles oques de humor y con un París deslumbrante como telón de fondo se lleva a cabo esta romántica historia que quizá peque un poco de demasiado edulcorada y por lo tanto no haya sabido envejecer también como otros grandes clásicos del género. Aún así se me antoja imprescindible su visionado solo por ver a Gene Kelly en su salsa.