Contexto High School y mansiones encantadas. Jóvenes bellos y de esculturales cuerpos que se relacionan, estudian, festejan, se dan réplica. Guitarras afiladas como acompañamiento musical y tenebrismo como ambientación lumínica. Aderezo de hechizos, leyendas ancestrales, superpoderes y efectos digitales vistosos aunque de gama baja. De estos elementos se vale R. Harlin, realizador comercial especializado en cine de acción y olvidables secuelas, para componer una propuesta, pueril y de personajes planos, que se asemeja a un episodio piloto de una serie de TV aparentemente destinada a un público adolescente de criterio algo subestimado.