Drama ambientado en la década de los 50 y 60 entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la escalada en Vietnam, en el EEUU más profundo y brutal. La historia conecta eventos muy violentos y como estos están casi siempre relacionados aunque los protagonistas no lo sepan.
El tópico principal es la religión y cómo puede empeorarlo todo cuando es lo único que se tiene sin un contexto social o educativo que ayude a la gente a lidiar y superar los traumas que se pueden presentar en la vida (sobrevivir una guerra, un cáncer, una violación, etc).
La película es un desfile interminable de estrellas que no desentonan y arman cada uno de los personajes con la locura y la profundidad perfectas, desde el nuevo Batman hasta la nieta de Elvis.
Todas las escenas de violencia están bien puestas en contexto y quedan grabadas en la memoria, similar a la película de Christine Chubuck del mismo director (sobre la historia real de una periodista que se suicidó en vivo) dejando una sensación de cruda realidad que remueve las entrañas.