1º) Los problemas de la entidad que trae de cabeza a los protagonistas, V'Ger, enraízan con las inquietudes y anhelos de la humanidad desde el origen de los tiempos. ¿Es esto todo? ¿De dónde vengo? ¿Quién nos ha creado? Los guionistas, con inteligencia, recurrieron a las preguntas más elementales que, a día de hoy, siguen sin tener respuesta, como puede ser por ejemplo el deseo del ser humano de conocer a Dios (o lo que cada uno entienda por Dios). Incluso si no se es creyente, es innegable que la inmensidad de la existencia y nuestra propia conciencia de nosotros mismos obligan a plantear esta clase de cuestiones. Llamarlo infantil es demostrar públicamente una ignorancia sobresaliente sobre la naturaleza humana y sobre nuestro historia. O bien rebuznar para hacerse notar en la caballeriza, que de todo tiene que haber.

2º) En realidad es casi un autoplagio de un episodio de la serie original, "The changeling" (2x08), en donde ya se topaban con una sonda especial, más o menos inteligente, que gustaba de liquidar lo que se le ponía por delante. Si acaso, aquí se dota a esta máquina de una cierta inteligencia, frente a la programación errónea de la entidad artificial vista en el episodio.

3º) Sin duda, la lentitud es la característica predominante en esta película. Todo en ella ocurre a un ritmo pausado que pone a prueba el temple del espectador. Empezando por la presentación de la nave Enterprise, en lo que es un derroche de metraje para demostrarnos lo bonita y espectacular que es el nuevo vehículo, y siguiendo con los largos planos exhibiendo el interior de V'Ger, los responsables tuvieron claro que tenían ganas de lucirse; un resultado probablemente involuntario, pues quizás perseguían dejar sin palabras a los espectadores, a quienes deseaban noquear con la presentación de un enemigo tan formidable como insondablemente misterioso. Si quiere provocarle un derrame cerebral a lo seguidores de Bay y Bruckheimer, esta película es el arma definitiva.

4º) V'ger ha sido objeto de debate entre gente sobrada de tiempo libre a lo largo de los años, pues su tamaño no está claro. Así, en la versión de la película estrenada en los cines se afirmaba que su diámetro era de 82 unidades astronómicas. Una barbaridad como un templo. En la edición para DVD, se modificó el audio para dejarlo en "solo" dos unidades astronómicas. En posteriores ediciones (ya sabe, esto es un negocio) se ha mantenido el bestial tamaño original. Posteriores trabajos de gente muy, muy aburrida, establecen su tamaño en unos pocos kilómetros. Resulta raro todo este desmadre teniendo presente que Isaac Asimov fue consultor científico durante su rodaje.